miércoles, 17 de diciembre de 2014

Tipos de novios… ¿Cuáles son los peores?



Existen muchísimos tipos de novios. Los hay amorosos, entregados, divertidos, sexuales, esos a los que tu familia ama desde el primer momento o aquellos que tienen un no sé qué que nos resultan demasiado atractivos. Por otro lado, también existen ese tipo de novios que sólo nos dejan en la mente 5 sencillas, pero decisivas palabras: NO LO VUELVO A HACER.

Para este artículo me puse las pilas (no quiere decir que en los otros no lo haga, aclarando) y a amigos, gente en la calle y a través de mis redes sociales hice la siguiente pregunta: ¿Cuál es el tipo de novio que NO quisieras tener jamás? Como siempre, las respuestas variaron en grados impresionantes, pero después de una (ni tan) exhaustiva revisión de las respuestas obtenidas, llegué a la conclusión de que existen 8 tipos de novios que NADIE quiere tener.

El Patán


Estos son peores que una patada en nuestro sagrado miembro viril. El novio patán es aquél que tiene cero respeto por otros. Ese que trata a los demás como si fueran sus criadas (a veces incluyéndote). Se sienten deseados por todos y tienen el ego hasta por los cielos. Los patanes carecen de valores y muchas veces no respetan ni a su progenitora, son esos que piensan que hasta te hacen un favor por estar contigo y dejar que te vean de su mano “porque son demasiado cool y famosos en el ambiente”. Al patán parece que la educación le pasó de noche porque en rara ocasión se le nota.

 Al terminar una relación, son esa clase de tipos que publican cosas como “tú te lo pierdes y yo me lo ahorro”, pensando que son TAN importantes que jamás los vas a superar. #WTF.

El Urgido


¿A quién no le ha tocado uno de estos? El novio urgido es aquél que al mes de relación ya está hablando de vivir juntos, en su mente ya tiene lista toda la decoración de la casa que van a compartir, cuántos perros van a adoptar, quién va a cocinar y quién a lavar el baño. Va, sabemos que en estos tiempos atrapar a un hombre que valga la pena está cañón, ¿pero porqué la prisa?

El urgido muchas veces le tiene tanto miedo a la soledad que igual y ni siquiera sabe tu segundo apellido y ya se ve caminando al altar mientras suena “Halo” de Beyoncé en el fondo. Con alguien así, lo que puedes esperar es que a la segunda cita ya quiera conocer a tus amigos y hasta a tu familia porque a veces piensan que si abarcan TO-DOS los aspectos de tu vida te va a ser más difícil dejarlos. #QueMiedo.

 El Sucio


No, no me refiero a la cuestión sexual. Nos queda claro que a muchos nos gusta un poco de puerquez en ese sentido, ¿no? El novio sucio es aquél que es por demás descuidado no sólo en su aspecto personal sino también en todo lo que lo rodea. Seamos claros, una cosa es que (como a mí) le guste el look fachoso y despreocupado y otra muy diferente es que se vea y huela como vagabundo de colonia marginada. ¿A quién se le antoja besar a alguien a quien le apeste la boca? Un tipo sucio es aquél que tiene su casa hecha un asco a tal grado de que al ir al baño a hacer del 2 le piensas varias veces porque no vaya a ser que un bicho salte y se te meta por el ajay.

La neta, alguien que no se preocupa por sí mismo y su higiene deja mucho qué desear. Y es que si bien a veces un ligero aroma a sudor puede excitarnos, si le sumamos los demás aromas provenientes de pies, boca, cabeza y hasta de la entrepierna ya no se antoja igual. #Wakala

El Adicto


Dicen que toda adicción es mala, pero existen algunas que pueden llegar a encabr*narnos tanto que llegamos a un punto en el que la tolerancia sobrepasa su límite. El adicto es aquél que pasa dedicando la mayor parte de su tiempo a una cosa en particular, llamémosle alcohol, drogas, cigarro, celular o hasta al porno.

¿Quién quiere a un tipo que se la pasa borracho casi todos los días de la semana? ¿O a uno que no puede encontrar la diversión sin meterse equis pastillita? Ni qué decir de aquellos que nos hacen perder la paciencia estando pegados a su celular las 24 horas del día como si el no revisar su Facebook por 2 horas fuera a causar la extinción de la raza humana. Ahora que hablando del porno muchos quizá dirán que es una exageración, pero pónganse a pensar en lo siguiente: ¿Qué sucede cuando tu pareja prefiere masturbarse viendo porno que echar pasión contigo? Ah verdad, ahí ya no está tan padre.

Cuando una persona es adicta a algo, ese algo ocupa una prioridad mayor en su vida, sí, mucho mayor que su relación. ¿Y qué pasa cuando la adicción es hacia su pareja? Tampoco está cool, y es que si bien quizá él no se harte de estar contigo, tarde o temprano el que se va a hartar vas a ser tú. #UrgeRehab.

El Inseguro


¡Uy! Y de estos hay muchos. El típico novio inseguro es aquél celoso, posesivo, intenso y demandante. Ese que quiere saber qué estás haciendo, en dónde y con quién cada hora del día. Ese que excusa sus inseguridades diciendo que “se preocupa por ti” o que “te extraña a cada momento”. Sí, sí, ¡pero tampoco se pasen de v*rga!

Tener a tu lado a un hombre inseguro no sólo es estresante y dañino para tu salud física, mental y emocional, sino que también a largo plazo termina dañándolos a ellos. Quizá no se sienten tan guapos y creen que te vas a ir con cualquiera que te salude, o han tenido tan malas experiencias que desconfían de cualquiera de tus amigos y pueden llegar a prohibirte salir con tal o cual porque “de seguro quiere contigo”. Este tipo de novio te arma dramas por cualquier cosa, que si no contestaste el teléfono o lo dejaste en visto en Whatsapp, que si le dijiste que ya te ibas a dormir pero le diste like en Instagram a las fotos de no sé cuántos tipos durante la madrugada. Estos, a mi ver, son de los peorcitos. #PenaAjena

El Chichifo


Casual, este es el tipo de novio que nada más te usa para su beneficio. Cuando hablamos del chichifo no se trata de que únicamente sea un tipo de hombre al que le pagues desde la cena, el antro, los tragos o hasta la ropa. Un chichifo todavía va más allá, y es que existen aquellos que además del beneficio económico también “chichifean” atención.

Este tipo de novios son los que andan contigo para involucrarse en tu ambiente, conocer a tus amigos, darse a notar y sentirse parte de cierto grupo de personas. ¡Patéticos! Un novio así va a estar a tu lado hasta que obtenga de la relación todo lo que haya podido y después brincará a otra cama que le ofrezca algo nuevo, y a menos de que tengas más de 50 años, ya nadie te pele y estés dispuesto a pagar por compañía, NADIE quiere involucrarse con alguien así.  #PorInventadas.

El Martir


Este es muy gracioso, pero no por eso menos peor. El novio martir es aquél que se la pasa quejándose de todo lo que le sucede, ese que SIEMPRE adopta un papel de víctima que hasta Maria la del Barrio se queda p*ndeja a su lado por tanta desgracia que le ocurre. 

En casos como este, estos novios se tiran al suelo para que los recojas (y no en doble sentido) porque creen que es la única forma de atraer más tu atención. Y mira que pueden lograrlo MUY fácil. El desgaste emocional que se vive con una pareja de este calibre es impresionante, y es que no estarán contentos hasta que sientas sus problemas como tuyos y te arrastren con ellos a la depresión y el lamento. ¡Aguas! Que si bien muchas veces sus historias de vida y experiencias sí son deprimentes, estos van a sacarle todo el provecho que puedan para mantenerte a su lado y aplicar el famoso dicho “Misery Loves Company”. #PobrecitaPobrecita

 El Infiel


¡Bueno! ¿Qué podemos decir de este? En el caso de este tipo de novio fue muy interesante que cuando pregunté por los peores tipos de novios sólo pocas personas mencionaron al infiel. Ah, pero cuando dejé entrever que entonces a pocos les molestaría andar con alguien “golfita” la GRAN mayoría me dijo que el novio infiel se daba más que por entendido entre los peores.

Y sí, ¿quién quiere a alguien que le esté poniendo el cuerno cada que se le da su ching*da gana? Ok, estoy de acuerdo en que quizá muchos estén en un punto de aceptación (open mind, que le llaman) en el que no vean el sexo con otros como algo precisamente malo para su relación, pero la cruda realidad es que la mayoría aún espera que alguien se enamore TANTO que ni siquiera se le pare viendo la foto de Nick Jonas agarrándose el paquete.

Bien dicen por ahí, el que es infiel una vez lo será cuántas veces quiera. Y a menos de que seas de los que apoya la idea de que vinimos a este mundo a compartir todo lo que tenemos, mantener una relación con alguien que no esté satisfecho con lo que tú le provees en la cuestión sexual no te va a llevar a ningún lado. #NoEsZorraEsCoqueta



El patán, el urgido, el sucio, el adicto, el inseguro, el chichifo, el martir, el infiel… ¡Lotería! Aquí es donde debo confesar que ya pasé por todos estos y créanme que NO LO VUELVO A HACER, para andar con esas mam*das mejor sigo recurriendo a aquellas que son libres de compromiso y sin drama de por medio. ¿O acaso no es mejor?


¿Te ha tocado uno de estos o crees que faltó alguno en la lista? ¡Coméntale! ;) 

martes, 25 de noviembre de 2014

¿Quieres asistir completamente gratis al concierto de Yeho en Hit Night Club? ¡Aquí te decimos cómo!



El cantante israelí Yeho se encuentra en por primera vez en México promocionando su más reciente disco "Close To You" y #NoTanRosa te invita completamente gratis a su concierto el próximo Jueves 27 de Noviembre en Hit Night Club. 

Si quieres ser uno de los ganadores de los 10 pases dobles que tenemos para ti, sólo tienes que dejar un comentario en la parte de abajo con tu nombre completo. ¡Es todo! 

¿Quieres conocer más de Yeho? Te dejo por aquí algunos de sus videos más destacados para que te vayas ambientando y preparando para el show. 







martes, 30 de septiembre de 2014

Los mitos alrededor de las vestidas (Parte 2)



Pues bien, para todos aquellos que leyeron la primera parte de esta columna, ha llegado la hora de transmitirles lo que pienso de las vestidas ahora que finalmente pude platicar con una cara a cara y sin prejuicios como lo prometí en el artículo anterior. Y déjenme decirles que no resultó nada cómo yo lo hubiera imaginado.

Mi intención era sentarme a tomar un café a plena luz del día, pero por cuestiones de agenda y la extensa carga laboral me fue imposible llevarlo a cabo de la forma planeada, así que mi cita con Andrea se dio por la noche y simplemente caminando. Honestamente creo que un acercamiento tan simple y amistoso fue mejor y permitió que las preguntas, respuestas y pensamientos salieran tan fácil como si se tratara de cualquier caminata con una amiga.

El primer pensamiento que me pasó por la mente al verla fue que verdaderamente era hermosa, por donde la vieras parecía una mujer de verdad y creo que sólo al tener intimidad podrías darte cuenta de que la realidad era otra. Se mantenía siempre sonriente a pesar de que en mi correo le había advertido que mis cuestionamientos no serían quizá muy amables, pero no le importó y dijo que estaba preparada para ello (aquí cabe a bien mencionar que aunque yo tenía ya alguien en mente cuando escribí la primera parte del artículo ella escribió a mi correo ofreciéndose para la entrevista).

Total, la charla inició y aunque no voy a transcribir lo que hablamos, sí voy a tratar de plasmar todo lo que sentí, pensé y las conclusiones personales a las que llegué gracias a esos casi 100 minutos que pasamos juntos.

Una de las cosas que llamó mi atención es que no le molestaba ser llamada “vestida”, al final de cuentas, dijo, es así como se les conoce popularmente y aunque no estaba completamente de acuerdo con el mote, tampoco le incomodaba que fuera usado, no podían llamarla “mujer” porque no lo era. Pero, ¿quería serlo? No. Sus intenciones al recrear y transportarse a sí misma al ámbito femenino no eran convertirse en una, ni siquiera ser vista como una pues llevaba una vida diaria como hombre sin problema alguno, pero disfrutaba personificar a una mujer y ponerse los tacones pues la hacían sentirse bella. Aunque eso sí, fue muy clara al pedir que mientras se viera como mujer fuera llamada como tal. “En el día puedes decirme cabrón, wey o amigo, pero una vez tenga la peluca y los tacones puestos soy una chava y exijo ser tratada como una”.

Y como ella existen muchas que no se visten por el deseo de ser mujeres. Algunas sólo lo hacen por diversión, otras por trabajo y otras tantas sí, por esa necesidad de actuar y verse como lo que realmente piensan que son. Así que no pude evitar preguntarle su opinión acerca de las personas transgénero y mi sorpresa al ver que compartía un poco mi punto de vista fue mucha. “Yo los respeto sin problemas, aunque eso no significa que entienda su necesidad de cortarse el pito y en su lugar crear una vagina falsa, al final no importa si te pones pechos, si tienes algo semejante a una vagina entre las piernas o si no te crece vello. Nada de eso cambia el hecho de que toda tu vida serás un hombre aunque hagas todo lo posible por dejar de ser uno, nunca vas a ser vista como mujer sino como trans”.

Aún así, su amistad con mujeres trans no se ve afectada por su forma de pensar, pues se enorgullece al decir que entre travestis mantienen un nivel de honestidad brutal que sólo ellas pueden entender. Entonces uno no puede llegar y decirles que son tipos porque se ofenden, pero si se lo dicen entre ellas no hay problema, algo así como cuando le dices puta a tu mejor amigo, pero si otro viene y lo llama de esa forma no lo vas a permitir. Claro, si es que eres un buen amigo.

Otro de los mitos alrededor de ellas es que son todas rudas y violentas, y al cuestionar acerca de ello reafirmé algo que pensaba desde siempre. Sí, la mayoría pueden llegar a serlo porque es la única forma en la que pueden defenderse de tanto rechazo, de la agresión física y verbal de la que son víctimas. Su fachada de “chicas malas” les sirve como método de supervivencia, pero al menos con Andrea pude comprobar que una vez acercándote de la forma correcta no hay nada qué temer. Así que aquí aplica el famoso dicho que dice que “como trates serás tratado”, sin más ni más.

En mi caso siempre pensé que las travestis eran prostitutas, todas ellas. Pero claro que estaba en un error. Aunque sí existen muchas que por necesidad o simple placer se dedican al servicio del sexo, no todas tienen como meta principal hacerse ricas de la manera más fácil. Y es que si algo aprendí también es que ser un hombre que personifica a una mujer no es nada barato, los costos de los vestidos, tacones, pelucas, maquillajes y demás accesorios necesarios para lograrlo y verse lo más cercano posible a una chica son demasiado altos. “Y por lo regular tenemos gustos caros, no queremos parecer una chava de la prole sino una pudiente”.

¿Ustedes han visto a alguna vestida usar pantalones? ¿Una blusa decente en la que los “pechos” no quieran saltar a la vista de todos o una cola de caballo y sandalias? Al menos en la vida real yo no, todas ellas han desfilado con vestidos cortos, exceso de maquillaje y ropa ajustada que lo que menos da a pensar es que es en realidad una dama. Y es cierto que a veces por más que físicamente parezca una mujer se puede reconocer a un travesti por la forma en la que viste. Pero no lo hacen por parecer putas, sino por el hecho de que la femineidad para ellas la representan las faldas, el tacón alto, un pelo bien producido y un buen par de chichis. ¿Tienen algún problema al ser confundidas con sexo servidoras? ¡Claro que lo tienen! Pero no piensan salir a la calle de cara lavada y pants cuando la ilusión no se logra con ello.

Las vestidas sufren del mismo problema que todos los homosexuales en las producciones televisivas, la exageración de estereotipos y prejuicios. Así como en cualquier telenovela te ponen a un gay amanerado en exceso, peluquera, vistiendo de rosa y dando brincos por todos lados, Andrea me pone a pensar en las vestidas que he podido llegar a ver en televisión ya sea nacional o internacional y tiene mucha razón. Las ponen como prostitutas, drogadictas, bailarinas del tubo o rudas narcotraficantes. “¿En dónde están aquellas que no hacen nada de eso? Las que son esposas, trabajadoras, estudiantes o profesionistas no sirven para los medios porque no llaman la atención si no hacen un circo”.

Para este punto ya estamos sentados en una banca y la conversación es más fluida, ya no se trata de preguntas y respuestas sino de un simple intercambio de opiniones. Ella no se avergüenza de que la gente mire dos veces para comprobar que es hombre, y para este punto yo no me avergüenzo de que me vean con ella. Algo está cambiando. Su personalidad es divertida y genuina, no pretende caerme bien para que escriba algo lindo sobre ella, pero tampoco me ha dejado salirme con la mía cuando ahondo en temas más personales como su familia, limitándose a decir que saben lo que hace y decidieron que no les importa. Estoy seguro de que así es, pero de que tampoco les importa ella desde que se enteraron.

Mis barreras mentales están desvaneciendo, me siento en confianza y creo que todo lo que pensé con anterioridad de las vestidas era resultado de la ignorancia y la falta de contacto, y eso mismo le digo a Andrea quien sorpresivamente me pide que no baje la guardia. “No todas somos iguales, así como no puedes confiar en que todo hombre gay o no o toda mujer vaya a ser buena persona”, y tiene razón. “Hasta a mí me ha tocado conocer perras rateras, traicioneras y mentirosas que han tratado de madrearme, por bonita (lo dice en alusión al famoso video de la marcha gay), así que aunque sea bueno que ahora pienses diferente, no sería bueno que generalizaras”, me dice mientras se mira las uñas ya con el esmalte algo desgastado.

Va llegando la hora de despedirnos y noto que hay algo que quiere decirme antes de que cada uno se vaya por su lado, así que le pregunto de qué se trata y para mi sorpresa me dice algo que con anterioridad he escuchado, pero que ya tomo con gracia. “Tienes rasgos muy bonitos, serías una mujer muy guapa”, me río un tanto nervioso y le digo que no creo que tenga razón, así que me ofrece un extreme make over una vez que me decida a intentarlo. Le agradezco el gesto y nos despedimos amablemente con un beso en la mejilla.

¿Cambió mi manera de pensar acerca de ellas? Debo decir que no del todo. Si bien ahora estoy conciente de que pueden llegar a ser muy agradables también lo estoy de que no podemos ir por la vida queriendo tapar el sol con un dedo, no todos somos buenos y no todos somos malos, no todos coincidimos y no todos entendemos, me queda claro. Pero también me queda claro que hay algo que sí podemos hacer todos y que es la clave para una convivencia sana e incluyente, y todo se reduce al respeto. Ellas existen y son como tú y como yo, nada las hace diferentes, porque si creemos que su forma de vestir, pensar y querer ser las hace diferentes entonces estaríamos ignorando que es algo que todos hacemos sin excepción. ¿Y qué sería de una sociedad sin gente que rompiera moldes e hiciera un cambio?




Los mitos alrededor de las vestidas (Parte 1)


¿Qué es lo que la mayoría sabemos y pensamos de las “vestidas”? Que son hombres tratando de ser mujeres, que muchas de ellas se prostituyen, que la GRAN mayoría se visten de forma vulgar, son agresivas, rudas y a veces dan tanto miedo que lo único que uno quiere es tenerlas de lejos. ¿Tú no las ves de esa forma?

Y es que la neta, ¿qué son? Muchas veces uno no sabe si referirse a ellas como hombre o mujer, si un simple comentario las va a ofender o siquiera si ellos mismos se asimilan completamente como parte del sexo femenino. ¿Ven? En sólo dos líneas tuve que utilizar ambos géneros por la falta de contacto e información que durante muchos años ha existido en mi vida acerca de esos seres de la vida nocturna que (debo decir) pareciera que tienen muchos más huevos que uno al atreverse a salir a la calle en tacones, falda y peluca sin importarles el qué dirán o si la gente va a juzgarlas o mentarles la madre.

No es mentira, en los casi 10 años que tengo desde que acepté mi homosexualidad y empecé a frecuentar antros gay, sólo dos veces en mi vida he tenido contacto con un hombre travestido, la primera porque en una fiesta uno de mis amigos me presentó a uno aprovechándose de mi ebriedad, por lo que no tuve más remedio que saludar y retirarme hacia otro lado mucho más lejano. Dime mamón e intolerante, pero la neta no me pasaba por la mente tener una amistad con alguien “así”.
La segunda fue mucho más graciosa, y un tanto humillante. Imagínate salir un par de veces con un tipo guapísimo, tan guapo que podrías jurar que los dioses tallaron su cara  a la perfección y rompieron el molde. El tipo se muere por ti, tú por él y todos felices, hasta que de repente deja de llamarte y no sabes nada de él por casi un mes. ¿Qué pasó? Que tiempo después voy de antro con mis amigos, y para no perder la costumbre y obedeciendo al ebrio que muchos llevamos dentro me dirigí a la barra por un trago, cuando sorpresivamente me atiende una vestida demasiado sonriente y un tanto nerviosa. Y su cara me parecía MUY familiar…

¿Le atinaste? Imagínate mi impresión y decepción al darme cuenta de que todo ese tiempo Pepito se moría por ser Pepita (literal) y que ahora tenía frente a mí a una hermosa mujer… ¡Mierda! Creo que los testículos se me fueron a la garganta y ni siquiera pagué mi trago con tal de alejarme de ahí tan rápido como me fuera posible. Aunque si algo bueno salió de todo eso fue el después saber que “Pepito” no me había dejado porque no le gustara, sino porque sabía que no querría estar con él teniendo planes de dejar salir su verdadero yo. Y obviamente tenía razón.

Estoy seguro de que mi impresión acerca de las vestidas, al igual que la de muchos, es más negativa que positiva. Las excluimos, las rechazamos y muchas veces hasta insultamos sin siquiera conocer bien qué es lo que pasa con ellas, qué hay en su mente, qué es lo que sienten con su cuerpo y su personalidad que las lleva a pasar por esa transición. Es por eso que me di a la tarea de tratar de averiguarlo, si bien no tanto por el morbo de escribir acerca de ellas, sí por el reto personal de ir dejando atrás esa intolerancia hacia otras personas homosexuales de comportamiento diferente que nos caracteriza.

Sobra decir que ya me eché todas las temporadas de RuPaul’s Drag Race encontrándolas adictivas, divertidas y hasta ganas me dieron de tener una amiga drag. ¿A poco no sintieron lo mismo todos los que han visto el programa? Otros más hasta han tenido ganas de sacar su vestida interior y ser toda una “panther on the runway”, pero verlas en un show en televisión no es lo mismo que sentarte en un café a las 4 de la tarde a platicar con una de ellas, (mandando a la mierda ese temor a que te vean en público a plena luz del día y que puedan pensar que estás contratando una prostituta).

Por eso en esta primera parte les quise contar mi forma de pensar, mis temores al respecto, mis experiencias, pero de lo que estoy seguro es de que una parte de mi se muere de ganas por tomar ese café, por preguntar, por platicar con una dispuesta a hablar sin pretenciones o manteniendo ese escudo de fuerza que tanto las caracteriza, siendo ella, o él, o lo que sea, pero sin otra máscara más que la que implica el maquillaje. Y el resultado de esa charla será la segunda parte de este artículo que probablemente pueda ayudarnos a mejorar la imagen que muchos tenemos acerca de ellas, o probablemente no.


Pero si de algo estoy seguro es de que no todos los que se visten quieren ser mujeres, no todas son vulgares y no todas son prostitutas, o al menos eso quiero creer. Ya lo comprobaré y les contaré lo sucedido. Pero por esta semana y sin conocer más aún… Lo siento queridas, pero todas ustedes están nominadas para la eliminación. The time has come, for you to lipsync… for your life! 

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Sexting: Todos le entramos al encuere.


 Venga, que levante la mano aquél que jamás haya enviado fotos comprometedoras o videos de esos que denominan XXX…  Aunque no puedo ver quiénes lo hacen o no, puedo asegurar que son extremadamente pocos los que nunca han intercambiado ese tipo de material con alguien por Whatsapp o en el chat de Facebook.

Sí, sí, algunos cuántos se las van a dar de muy santos y a llenarse la boca diciendo que ese tipo de cosas son para la gente “zorra” y que la educación que recibimos en casa tiene mucho qué ver con nuestro comportamiento tanto en redes sociales como en privado. Y a esos sólo puedo decirles: ¡Párenle a su mame! La realidad es que aunque sí, la educación tiene mucho qué ver con nosotros mismos, poco tiene qué ver con la libido, el morbo o la calentura. ¿O qué? ¿También van a decir que sus papás los enseñaron a tener relaciones sexuales para hacerlo de forma bonita y adecuada?

El intercambio de fotos y videos eróticos no es nada nuevo, nada que no se haya hablado ya en otros lados o que se desconozca. La diferencia al día de hoy es que con el auge de las redes sociales y la rapidez con la que un mensaje puede ser esparcido, lo mismo puede llegar a suceder con el material de contenido privado que le enviamos a alguien. Tan pronto como se crea un nuevo trending topic en Twitter esas fotos pueden llegar a cualquier lugar. Y aquí es donde seguramente empezarán a pensar que por eso hay que tener mucho cuidado y ser selectivos con la gente a la que se las mandamos. ¡Por favor! Estoy seguro de que esos con los que lo has hecho no son tus “amigos” o alguien a quien puedas llamar “de confianza” al primer momento. No, la mayoría hemos mandado fotos a alguien que ni siquiera conocemos o a quien apenas hemos visto algunas veces. No le vengan a mentir a Pinoccio.

Si bien para muchos puede llegar a ser un infierno el que ese tipo de material se haga público, para otros ha resultado más que favorecedor. Claro, si eres de esos llamados “pito chico” lo único que puedes esperar es que te tomen como burla y que la mayoría de los comentarios sean demasiado deprimentes, porque quien sea que haya publicado tus fotografías no lo hizo con el propósito de alabarte, créeme.
En cambio, cuando se tiene una herramienta de buen ver, lo que sucede es todo lo contrario. Muchos hasta vamos a agradecer que las hayan subido y querremos ver más, saber a quién pertenece y otros hasta ofrecérsele peor que comerciantes en el mercado ofrecen la fruta en oferta. Y aquí aunque el propósito haya sido “humillar” o hacer quedar al susodicho como una golfa, curiosamente el resultado es totalmente diferente.

¿Cuál es el beneficio de “quemar” a otra persona? ¿Les brinda satisfacción hacerlo? ¿Por? No puedo imaginarme la cantidad de rencor y el ardor que existe en la mente de ese tipo de gente, al grado de creer que tienen cierto “poder” sobre alguien al publicar algo tan íntimo. La verdad aquí es que ese poder es inexistente, esa adrenalina y furor que sienten cuando lo hacen desaparece tan rápido como llegó, ¿por qué? Porque aunque logren su objetivo lo único que hicieron fue ponerse a ustedes en un nivel inferior dándole a la otra persona una importancia mucho mayor a la que se dan a sí mismos. ¿Entonces quién tiene el poder? ¿Aquél que publica las fotos y videos o aquél que es tan importante como para provocar odio o satisfacción?

¡Vamos! ¿En verdad es tan grave que otros puedan llegar a verte desnudo? Sí, que tu familia llegue a ver fotos de su “muchachito” en pelotas puede ser vergonzoso, pero te aseguro que no es nada nuevo para ellos. ¿Cuál es el problema? Todos tenemos lo mismo aunque en diferentes tamaños, colores, grosores y formas, a fin de cuentas el cuerpo es el cuerpo y aunque para muchos sea cuestión de morbo, para otros nos es indiferente si lo enseñan o no.

Dudo mucho que la gente vaya a dejar de tomarse fotos hot o videos mientras se masturban, dudo más que dejen de enviarlos cada que se les de la gana. ¿Y tiene algo de malo? No. Lo malo es que las personas se espanten cuando lo llegan a ver, que se den aires de santidad cuando no existe diferencia entre ver fotos de desnudos profesionales o fotos del vecino encuerado. Que te llamen zorra o fácil por haberlo hecho. Y bueno… Si sí eres zorra, ¿qué? Cada quién elige qué hace, con quién y cuándo, para eso todos tenemos un cuerpo y la decisión de cómo usarlo. ¡A juzgar y dárselas de castos a otra parte!


¿Todavía te da miedo que alguien pueda hacer pública una foto tuya al desnudo? Va, pero recuerda una cosa: No hay publicidad mala, y a menos de que tengas algo de que avergonzarte o de lo cuál no estar orgulloso, algunos podemos decir que nos vale porque si nos llegara a pasar podríamos demostrar que nuestros padres tuvieron la delicadeza y atención de hacernos hasta los genitales bonitos y atractivos. 

martes, 26 de agosto de 2014

Existen 6 referencias a la homosexualidad en la Biblia. Esto es lo que dicen realmente.



Pocas veces tomo un artículo de otra página para postearlo aquí, pero cuando algo vale la pena no debe pasar desapercibido. 

Es bien sabido que la Biblia tiene referencias hacia las relaciones del mismo sexo y por siglos han sido interpretadas de una sola manera. En el siguiente video Matthew Vines; autor del libro "God and the Gay Christian", explica detenidamente cómo es que podrían ser interpretadas las 6 referencias a la homosexualidad que existen en el libro más antiguo del mundo, desde una perspectiva moderna y completamente en apoyo a las relaciones afectivas entre parejas gay.

Acá les dejo el video original. Espero que sepan inglés ya que no pude conseguirlo con subtítulos. 


martes, 12 de agosto de 2014

¿Cuánto dura el amor?



¿Cuánto dura el amor? ¿Alguna vez te lo preguntaste? Existe un dicho por ahí que dice que “El amor dura lo que dura dura”, y aunque parezca gracioso esa famosa frasecita tiene mucho de verdad.
¿Qué es lo que sucede en nuestros tiempos? Vivimos en una era de inmediatez en la que estamos ya muy acostumbrados a tener las cosas de forma rápida y sencilla, sin esfuerzos, sin sudar la gota gorda, sin poner mucho de nuestra parte y aún así esperando que eso que tanto queremos llegue casi a la puerta de nuestra casa y sea justo como lo teníamos en mente. La realidad es que no puede ni debe ser así, el amor no puede ordenarse por Mercado Libre.

Tengo un amigo, por ejemplo. Al mes de salir con alguien se hicieron novios, un mes después ya estaban viviendo juntos… Claro que yo como ser racional jamás estuve de acuerdo con la situación pero al final mi opinión le vino valiendo un carajo. Se respaldaba diciendo que el amor no conoce de tiempos o de reglas. Estuve de acuerdo, pues no hay qué olvidar que se encontraban en el segundo mes de su relación y por más que dijera algo a mis palabras se las iba a llevar el viento en un segundo.

¿Cuánto dura el amor? Algunas personas dicen que no pasa de los 5 años, otras más románticas e idealistas juran que puede ser para toda la vida, algunos; como yo, pensamos seriamente en la posibilidad de que tal cosa como el “amor” del que todos hablan pueda no existir. Lo que es seguro es que tenga o no fecha de caducidad, el amor apendeja, y apendeja bien.

No vayamos tan lejos, dejando el amor a un lado, preguntémonos… ¿Cuánto dura el interés? Conoces a alguien, te gusta, le gustas, salen, se empiezan a conocer y todo va de lo mejor, empiezas a pensar que por fin, después de tanto tiempo esperando por la persona indicada podrías haber conocido a tu otra mitad. La emoción te invade todos los días, despiertas con la ilusión de ver sus mensajes, de esperar por su llamada, de verse como lo habían acordado y de volver a tocarse, a mirarse, a sonreír como idiotas sin razón alguna… Y de repente deja de responder tus llamadas, no sabes qué es lo que pasó y por más que tratas de buscarle una explicación que te parezca lógica no puedes encontrar nada. Sí, por más que cueste entenderlo, se acabó el interés.

¡¿Cómo?! Si apenas hace unos días todo estaba perfecto. Claro, pero quizá hace unos días ese que tanto le gusta no le había hecho caso, quizá hace algunos días estaba seguro de que quería lo mismo que tú y ahora empezó a dudar, probablemente hace unos días esperaba que fuera sólo sexo. ¿Quién sabe? Lo importante aquí es que te dejaron más confundido que a los hijos de Ricky Martin en el día de la madre.

Últimamente he conocido a muchos que prácticamente llevan las argollas de matrimonio en la bolsa del pantalón, “porque uno nunca sabe”, y ese tipo de personas me hace pensar… ¿Será que es esa urgencia por estar con alguien la que nos lleva a fracasar una y otra vez en las relaciones? Queremos que todo se de de forma tan rápida que casi nos vale coño si conocemos bien a la persona o no, nos gusta y ya. No necesitamos más. Error.

Después de haber salido con un montón de gente basura por fin conocemos a alguien que vale la pena, y como reacción a veces inconsciente empezamos a asfixiarlo tratando de “demostrar” cuánto lo queremos y qué tanto nos interesa con tal de que no se vaya. Y créeme que por más que tus detalles sean lindos también existe un límite. Y aquí es donde viene muy al caso otro dicho, “El amor es como los pedos, si te tienes que esforzar mucho, es mierda”. Una relación no se trata de esforzarte de más por gustarle, por interesarle o por tener contenta a la otra persona, porque una vez que empezamos a verlo de esa forma nos olvidamos de nosotros mismos, de estar contentos nosotros, y muchas veces ponemos el estúpido pretexto de “Si tú eres feliz yo soy feliz”, que déjenme decirles, ¡me parece la mentira más grande del mundo! Tan no es verdad, que si tú no eres feliz no lo eres y punto, o a ver… ¿Vas a ser feliz si tu ligue viene y te dice que ya no quiere nada contigo porque conoció a alguien que sí lo pone a mil y que lo hace muy feliz? Claro, ya te quiero ver sonriendo legítimamente y deseándole lo mejor del mundo mientras, muy dentro de tu corazón,  también estás disfrutando de su felicidad.

Pues bueno… ¿Cuánto dura el amor? Aunque ni yo ni probablemente nadie más tenga la respuesta a tal pregunta, creo fielmente que el amor dura lo que uno quiera. OJO, que en este mundo cada quien es responsable del amor que siente, así que por más que tú quieras que tu relación dure eternamente, puede que tu pareja no piense lo mismo. Lo cual no quiere decir que tu amor se termine al mismo tiempo que termina el de él. A veces, aunque el otro decida poner fin a la relación y nos regrese nuestros sentimientos en una caja junto con nuestras pertenencias, nuestro amor puede seguir viviendo en dolorosa agonía, pero es uno mismo el que decide hasta cuándo deja que la pena lo embargue.


El amor se terminó, pero… ¿Cuánto dura el sufrimiento?

jueves, 24 de julio de 2014

¿Qué pedo con los chichifos?



¿Qué es un chichifo? Para empezar con este bonito artículo de interés general tenemos que hablar de la definición que le damos en estos días a tan curiosa palabra. En la comunidad gay se le llama “chichifo” a aquél hombre vividor, interesado y experto en sacar de otro el mayor beneficio económico a cambio de sexo, compañía una relación “formal” o todas las anteriores juntas.

Y aunque la gran mayoría de las personas piensan que los chichifos se especializan en relacionarse con hombres mayores cargados de billetes, no podríamos estar más equivocados. El chichifo tira parejo, y tira para todos lados. ¿Cuántos no conocemos a uno? Ya sea porque hayamos cometido el error (o a veces no) de mantener una relación o porque tengamos a algún amigo o conocido que lo lleva a la práctica. El punto es que ese tipo de entes abundan por todos lados y nunca falta el pobre ingenuo que termina cayendo en sus redes.

¿O ni tan ingenuo? La realidad es que el acto de chichifear es como todo. Vamos, que para un mal existe un remedio, ¿no? Digámoslo así, existen los medicamentos porque existen las enfermedades, existen los bailarines porque existe la música y existe la prostitución porque existen hombres y mujeres ávidos de sexo y noches de pasión. El chichifo existe porque también existe alguien que lo mantiene. Así de simple.

No es nada raro escuchar o haber tenido una conversación en la que alguien se compadece del pobre “Pepe” (llamémoslo así) porque su novio o ligue lo único que hace es sacarle lana, hacerlo que lo lleve a lugares caros, le compre ropa o que siempre pague por todo. ¡Ay, pobre Pepe! ¿A poco no? Y anda, que vas y le dices a Pepe que abra los ojos y vea que lo están utilizando, que deje a ese vividor que tiene por novio y se consiga a alguien “de su nivel” que aporte lo mismo a la relación. ¿Qué es lo que pasa? Que meses después tu inocente amigo sigue con el mismo tipo y lo primero que haces es tacharlo de pendejo. Y déjame decirte que no lo es tanto…

Una de las cosas que siempre hacemos es poner al chichifo como el malo, el aprovechado y el que se beneficia del otro, pero ¿se han puesto a pensar que el “ingenuo” también obtiene algo de todo eso? La verdad yo no creo que una persona que está siendo “abusada” no se de cuenta de ello, no, si bien que lo saben y muchas veces ni les molesta. Porque aunque pueden estarles sacando algo, ellos lo hacen también, sólo que esa parte no la vemos. Puede ser muy buen sexo, o sólo sexo porque quizá son bastante feos o gordos y eso los hace no poder conseguir a alguien con quien echar pasión. Puede ser que lo que ganan es compañía, porque el chichifo tenga muy buena plática, sea muy culto, los haga sentir bien y además obtengan también un poco de romance, así como también en el caso de los hombres mayores puede ser que lo que ganan sea estar con alguien joven, enérgico, y claro, que las demás personas vean que aún puede levantarse buenas carnes, así sea por dinero.

Esa última fue la respuesta que me dio un amigo con el que platiqué del tema en alguna ocasión en la que traté de hacerle ver que lo estaban usando. “¿Pendejo yo? ¡Pendejo él! Que por salidas, ropa o regalos malgasta su juventud estando con alguien al que no quiere o que ni siquiera le atrae físicamente. Aquí el que pierde es él, porque yo lo que gasto es sólo dinero que luego regresa y lo que gano son años de juventud que él no va a recuperar”. ¿Estarían ustedes de acuerdo con él?
                               
¿Y qué es lo que pasa con aquellos que realmente no se dan cuenta? Porque también pasa. Empiezas a salir con alguien y resulta que olvidó su cartera, que sus papás no le han depositado o que lo acaban de asaltar justo en el camino hacia tu casa. ¡Pobre! ¿O qué tal cuando te sacan aquella de que se enfermó algún pariente y él muy bondadosamente se ofreció a ayudarle? Al chichifo le sobran excusas, así como le sobran estúpidos que se las crean.

Claro, como a ti te gusta el tipo y apenas lo estás conociendo ofreces pagar una vez, y la que sigue, y la que sigue. Y con el paso del tiempo y clavándote poco a poco, ¿cómo detenerte? En este caso ni viste por dónde llegó la pedrada y a lo mejor ya hasta lo tienes viviendo contigo porque “lo corrieron de su casa”, “se peleó con sus roomates” o “no le alcanza para pagar la renta”. Y aunque muchos dicen por ahí que un chichifo nunca se enamora, quizá no sea del todo correcto. En lo personal creo que pueden llegar a enamorarse, pero la costumbre de que lo mantengan prevalece.

Ahora, ¿por qué llamarlos así? ¿Por qué en la comunidad gay se utiliza como palabra discriminatoria y peyorativa? Porque eso sí, el mantenido siempre es un chichifo. ¿Y qué pasa si vemos este tipo de relación desde un punto de vista heterosexual? Ahí es de lo más común que la mujer se quede en casa mientras el hombre la mantiene, o al menos sigue siendo común dentro de ciertas parejas. Aún en el noviazgo lo “correcto” es que el hombre (por caballerosidad) pague las salidas con la novia, las cenas, sus tragos y a veces hasta su ropa. ¿Será que por tratarse de una pareja homosexual lo mismo tiene que ser obligatoriamente visto como algo malo?

Por lo general aquí y en cualquier parte del mundo siempre habrá alguno dentro de la pareja económicamente mejor que el otro, ya sea en clase media porque uno sea gerente de una pequeña empresa y el otro empleado, o en la clase alta porque uno sea dueño de su propia compañía y el otro director de una multinacional. En ese tipo de casos no vemos como chichifo al de menor ganancia porque los dos ocupan un buen puesto, pero si hablamos de que en una pareja uno es dueño de una empresa y el otro empleado de Starbucks, entonces sí arde Troya.

Una de las cosas que me ha llamado la atención siempre que me encuentro con este tipo de casos es que el chichifo nunca es feo, ¡sino todo lo contrario! Son tipos por lo regular guapos o al menos de buen ver o de cuerpo tentador. ¿Lo han notado? Y es lógico, porque me parece un poco difícil creer que alguien puede obtener lo que quiere de otro siendo particularmente feo o sin chiste. Aunque de que hay manipuladores muy cañones los hay. Pero sigo creyendo que una de las leyes de vida del chichifo puede ser “lo hago porque puedo y porque tengo con qué”.

Y aunque casi siempre que se habla de chichifos lo hacemos en el contexto de las relaciones amorosas, el arte de la chichifeada no queda sólo ahí. ¡No! También se da con las amistades. Con aquél amigo al que siempre le tienes que invitar los cafés porque no tiene lana, que de la nada se invita solo a comer a tu casa VARIAS veces a la semana. Ese que en la escuela te dice “tráeme tal cosa y ahorita te la pago” y el dinero nunca llegó a tu mano. Sí mijos, por más que nos llevemos bien con ellos y los queramos demasiado, también a ese tipo de amigos hay que ponerles un alto, porque las personas aprovechadas son como los jugadores de los casinos, una vez que cierta máquina les dio a ganar, buscarán sacarle más a esa misma hasta que la máquina deje de darles y tengan que ir en busca de otra.



¿Y cómo prevenirse de ello? Fácil, ¿alguna vez alimentaste a un gato callejero afuera de tu casa? Si sí, apuesto a que a la noche siguiente el gato regresó de nuevo y en toda tu bondad le diste de nuevo de comer. Lo mismo pasa con el chichifo, si dejas de darle tarde o temprano se irá, a menos de que te de ternura y decidas adoptarlo.

AVISO: Ningún chichifo fue intencionalmente ofendido en la realización de este artículo… Espero.


Estaría cool saber sus opiniones, experiencias o comentarios, todos son bienvenidos aquí, por mail o en cualquiera de mis redes sociales. Los invito también a seguir leyendo más entradas en mis blogs. ¡Venga!

El ridículo miedo a envejecer


 ¿Realmente la edad se lleva en el alma? Y si es así… ¿Por qué cada vez los hombres se preocupan mucho más por no envejecer y verse siempre jóvenes y radiantes? Siempre me ha causado mucha curiosidad pensar en ello, mucho más al darme cuenta de que existen más personas que se niegan a envejecer/madurar/crecer de las que imaginamos.

Y aunque la realidad es que ese es un problema que ataca a todos los hombres por igual, en el mundo homosexual se da con más frecuencia. ¿Por qué? ¿Por qué a muchos les espanta crecer y hacerse viejos? Cada vez son más aquellos a la mitad de sus treintas a los que vemos cuidando su imagen (a veces en exceso), reventándose en los antros, metiéndose cantidad y media de drogas, ligando con chavitos hasta de 18 y comportándose como uno, y no es que pueda estar del todo mal. Seguramente habrá quienes piensen que no hay problema con eso y que estar llegando a los 40 y a veces todavía más arriba no significa que tengas que encerrarte en tu casa a tejer y escuchar música de José José. Pero al menos en mi muy humilde opinión esa gente “madura” que se aferra a actuar como adolescente no hace otra cosa que verse ridícula.

¿Quién no conoce a alguien que se la pase metido por horas en el gym 7 días a la semana? Aunque preocuparse por el aspecto físico es algo normal, existen algunos que lo llevan al extremo debido a la preocupación persistente de no parecerle atractivo a los demás, de que piensen que no está “tan bueno” o que los años ya se le vienen encima. Igualmente los homosexuales piensan más en el botox que los hombres hetero, y no sólo eso: faciales, cremas, injerto de pelo, vestirse más “en la onda” y hasta quitarse la edad son algunos de los métodos recurrentes entre nuestra bonita comunidad.

Según los que han estudiado este fenómeno conocido como “Síndrome de Peter Pan”, el miedo a crecer no se manifiesta únicamente en la inmadurez emocional, sino también en (me atrevo a decir) uno de los aspectos que más nos preocupa a la mayoría de los hombres gay, el miedo a la soledad. Pero si bien el temor a quedarnos sin hijos, sin pareja y llenos de perros o gatos está presente, otro de los factores que influyen dentro del temor a crecer es el egocentrismo y miedo al compromiso. Entonces… ¿Cómo es posible que nos de miedo quedarnos solos y a la vez no podamos comprometernos emocionalmente con nadie? ¡Está de la shit!

La verdad es que yo en lo personal no le temo a crecer, cumplir años o seguir madurando. No pienso en cirugías rejuvenecedoras, botox o siquiera en meterme al gym, digo mi edad sin ningún problema; quizá porque apenas tengo 27 años, pero no me causa ningún trauma seguir creciendo. Recuerdo que siendo adolescente decía que quería morir a los 40, me aterraba empezar a tener canas y arrugas o verme en la necesidad de depender de alguien en cualquier sentido, pero conforme he ido creciendo y madurando he aprendido que ser adulto no es sinónimo de ser un mueble o no ser deseado.

Para ejemplo mi ex de 55 (del que he hablado anteriormente), que se mantenía físicamente mejor que muchos de 30 y mentalmente con la madurez debida para su edad pero sin perder sus aires de juventud. ¿Por qué en lugar de esta tratando de evitar o negar el paso de los años todos aprendemos a envejecer con dignidad?

Muchos tienen miedo de crecer por vanidad, por convertirse en obsoletos y verse reemplazados por las nuevas generaciones, porque si algo es cierto es que dentro del ambiente gay los más jóvenes nos llevan ventaja. Y al tener la amenaza de cuerpos juveniles y sonrisas adolescentes muchos adoptan actitudes que en lugar de hacerlos verse “cool” los ponen en ridículo. Y si tratamos de buscar culpables más allá de las inseguridades y la falta de autoestima, podemos aventarle la pelota también a las redes sociales y a la sociedad en general. Que en lugar de mostrarnos que no hay nada de malo con crecer, nos enseña que entre más joven, rebelde, estúpido e inmaduro seas, más te aplauden, siguen y desean.

Si bien la edad puede llevarse en el alma, también se lleva en la dignidad, y nada tiene de malo aceptar que ya no se es un chavito, que tu experiencia te ha costado y que puedes estar orgulloso de quien fuiste y en lo que te vas convirtiendo, porque una cosa es segura, el atractivo físico es importante pero si no va de la mano con la madurez emocional y mental entonces no sirve de mucho. ¿Qué le tenemos miedo a estar solos? Creo que más solos nos podemos quedar si seguimos actuando como no nos corresponde, dando una imagen que no coincide con nosotros y tratando de tapar nuestras inseguridades con egocentrismo.

No hay nada más atractivo que un hombre seguro de sí mismo, pero al cual esa seguridad le viene del interior, no de capas exteriores ni imágenes creadas. Nada como un hombre que se acepta como es, con lo que es y lo que quiere ser, un hombre maduro que siga siendo divertido, que se preocupe por sí mismo no por tratar de evitar el paso de los años, sino dándoles la bienvenida pero trabajando con ellos. Vamos, un hombre, no una señora de Polanco que nunca olvida sus tiempos de porrista.

Esa es mi opinión chavos. ¿Qué piensan ustedes? Todo comentario es bienvenido aquí, por correo o en cualquiera de mis redes sociales. ¡Allá los espero!







lunes, 14 de julio de 2014

¿Pensando en rentar un vientre? Todo lo que necesitas saber para convertirte en padre por este método.



 ¿Quieres tener hijos? Sin temor a equivocarme creo que es una de las preguntas que más se nos hace a los hombres homosexuales. Desde nuestras familias, amigos o parejas, pero siempre, SIEMPRE estamos sujetos a esa duda por parte de los demás, y hasta de nosotros mismos.
Pero… ¿Y aquellos que sabemos que sí queremos conocer la paternidad? Durante años me he topado con varias respuestas, y la verdad es que somos muy pocos los que tenemos claro que podemos y queremos procrearlo de forma natural. Sí, quizá no te vas a casar o a tener una relación con la madre, pero ¿por qué complicarte las cosas cuando tienes todas las herramientas para hacerlo? Ok, gente que comparta mi pensamiento no abunda por aquí, en cambio, la solución más lógica para muchos gays es la renta de un vientre tal y como lo hizo el mismísimo Ricky Martin. Suena demasiado sencillo y la mayoría parece saber muy bien de lo que está hablando, pero… ¿en realidad sabes todo lo que implica? A continuación te contaré todo lo que necesitas saber acerca de la gestación sustituta y subrogación en México para personas homosexuales.

¿Sencillo? ¡Para nada! Las cuestiones a considerar antes de dar un paso como este son muchas. Para poder informarlos bien me di a la tarea de investigar tanto en Internet, como a través de especialistas en el tema, lo que me llevó a las oficinas de CARE Surrogacy Center Mexico a entrevistar a Iván Davydov, encargado del área legal y apoyo durante el proceso de todos aquellos que han decidido rentar un vientre. Empecemos con lo básico, la subrogación y gestación sustituta son legales en México, sí, pero únicamente en el estado de Tabasco, y aunque la ley ya fue aprobada en el Distrito Federal, se encuentra detenida y no ha sido publicada de manera oficial; y honestamente, dudo que ocurra en un futuro muy cercano gracias a la mentalidad tan cerrada y moralista que por lo regular rige a  nuestro país. Entonces, ¿es Tabasco la única opción que tenemos para llevar a cabo un proceso de esta magnitud? Sí.

Una de las cosas que Iván Davydov dejó muy en claro, y que realmente es muy importante conocer, es la diferencia que existe entre lo que se conoce como “madre subrogada” y “gestación sustituta”, siendo la madre subrogada aquella que no únicamente presta su útero para que una familia pueda concebir, sino que también pone su carga genética al ser donadora de óvulos. En un caso como este, (que suena mucho más adecuado para una persona homosexual) el proceso legal que se debe llevar a cabo es el de adopción completa, en el que la madre cede totalmente los derechos del hijo a aquél que contrató el servicio.

En el caso de la gestación sustituta, la mujer que se encarga de concebir al hijo es lo que podríamos llamar como aquella que únicamente “hornea el pan”, ella no aporta material genético, por lo cual al momento de que una pareja acuda a solicitar el servicio, debe hacerlo tanto como con el esperma (que ese obvio no nos cuesta) como con los óvulos. Entonces, en un caso como este, la solución que tenemos es recurrir a aquellas amigas que en algún momento nos han dicho que serían las madres de nuestros hijos, o a buscar en algunas otras organizaciones a la donadora de óvulos ideal para nosotros.

En CARE, no se provee el servicio de donación de óvulos, sin embargo pueden informarte de bancos de donación tanto nacionales como internacionales para que puedas convertirte en un feliz padre de familia. ¿Y cómo funciona? Bueno, pues si bien no hay un catálogo de mujeres para elegir a una con look de Natalie Portman para que sea la madre de tu hijo; puesto que la donación es anónima, lo que hay qué hacer es informar acerca de lo que estás buscando, dar un perfil físico de características que buscas en tu futuro hijo. Quizá te gustaría que fuera muy alto, de cabello rubio y ojos oscuros, probablemente que tenga inclinación por los deportes o por el arte, eso queda a consideración de cada quien. Pero si piensas que acudirás a ver un catálogo de mujeres espectaculares para decidir cuál quieres, olvídalo. No se trata de elegir vestidos de novia.

Tanto la madre subrogada como la gestante sustituta pueden ser de cualquier nacionalidad. ¿Un hijo asiático? ¿Australiano? ¿O qué tal afroamericano? Así es, no sólo Angelina Jolie puede tener familia interracial, si así lo deseas, puedes también elegir la nacionalidad de aquella chica que aportará sus óvulos para ti. Algo que es muy importante tener en cuenta, es que el cobrar por un servicio como este es ilegal en México, la “renta” de un vientre es completamente una labor altruista, por lo que aquellas involucradas no pueden recibir una compensación económica por ello. ¿Entonces por qué pagamos? Sí, el desembolso de los billetes es necesario, pero no como pago por estar cargando a tu hijo, sino para asegurarte de que la madre pueda llevar a cabo todo el proceso en completa comodidad.

Se paga por consultas y exámenes médicos, por medicamentos y vitaminas y lógicamente por el tratamiento (o los) de inseminación artificial, por la nueva ropa que tendrá que usar la gestante, por cuidar su alimentación y definitivamente por el parto. Y, cabe mencionar, que en caso de que ella tenga que dejar su trabajo por indicaciones médicas para llevar a cabo el embarazo de manera exitosa y sin riesgos, también debe de cubrirse la parte del salario que está dejando de percibir. ¿Mucho gasto, no? Pues agárrate, porque si estás teniendo en mente contratar este tipo de servicios, debes tener en cuenta que el costo oscila entre los 40 mil y los 45 mil dólares, un aproximado de casi 600 mil pesos en México, llevar a cabo este proceso en el extranjero puede llegar a ser hasta un 70% más caro. Mejor ponerse a ahorrar desde ahora…

Venga, ya tenemos el más de medio millón de pesos para empezar el proceso. ¿Es seguro que al primer intento será exitoso? No, las probabilidades de que se produzca un embarazo al primer intento no son ni altas ni bajas, simplemente son. Así como existen aquellos a los que les pegó a la primera, existen también personas que han tenido que intentar más de una vez. Prepárate para ello.

¿Qué los homosexuales no quieren tener hijos y prefieren seguir viviendo una vida de promiscuidad y sexo incontrolado? Error, según Davydov, de cada 10 solicitudes en CARE, 6 son de personas homosexuales, y 4 de esas 6 son gays mexicanos. Estamos hablando del 60% de aplicaciones. Puede sonar lógico pues somos los homosexuales los que requerimos más de este tipo de servicio, pero a mi punto personal de vista sirve para probarle a esas mentalidades cerradas que no únicamente buscamos el libertinaje, sino también la formación de una familia.

Vámonos a lo legal. Si bien la ley aprueba este tipo de actividad en Tabasco, el estado no reconoce a los matrimonios homosexuales como legales, como lo es en la Ciudad de México, entonces, ¿cómo funciona? Esto sí es un poco más sencillo, las leyes dicen que puede ser tanto el padre como la madre los que registren a un recién nacido; no obliga a que asistan los dos, por lo que puede ser uno de los padres el que acuda a realizar el registro para después llevar a cabo un proceso de reconocimiento en el Distrito Federal, o ciudades en donde el matrimonio igualitario sea una ley, en el que se hará constar que su pareja legalmente también es el padre del menor.

Y una vez nacido… ¿Cómo le explicas a tu hijo o hija de dónde vino? Sin duda si no es nada sencillo decirle a un menor que es adoptado, mucho menos parece serlo explicarle que fue parte de una gestación sustituta sin que llegue a pensar que fue “comprado”. Y hablando sobre el tema con la psicóloga Elvia Alicia Flores, la mejor manera de evitar efectos traumáticos en tu hijo es a base de información. ¿Es recomendable que lleve terapia desde que tiene poder de conocimiento? No, son los mismos padres lo que se encargan de hacerle entender que no fue comprado, sino que a pesar de la manera en la que vino al mundo fue tan deseado como cualquier otro niño, o quizá hasta mucho más. Es importante hacerle saber que es amado, y cae en los padres la responsabilidad y decisión de hacerle saber su origen en el momento que crean adecuado.

Es lógico que tarde o temprano empezará a tener dudas, verá que otros niños tienen una madre y él no, verá mujeres embarazadas y quizá no sepa lo que es eso, pero siempre y cuando los padres tengan buena comunicación y mantengan al niño informado, la infancia y crecimiento del menor pueden llevarse a cabo de manera satisfactoria.

¿Y si la mujer gestante no quiere entregar al bebé una vez nacido? Es un riesgo, aunque bajo. Y aunque se trate de una madre subrogada o de una gestante sustituta, la ley apoya a aquél que contrata el servicio, es por eso mismo que siempre es recomendable llevarlo a cabo de forma legal y no por debajo del agua para ahorrarnos unos pesos. Total, estamos hablando de nuestra familia, no de adoptar una mascota. Lo mejor es contar con todo el apoyo legal, psicológico y médico posible para lograr ese fin que tanto buscas.

¿Sigues pensando que resulta sencillo? Quizá, y aunque lamentablemente es un tipo de servicio que no cualquier persona puede solicitar por su elevado costo, es también una realidad que en la mayoría de los casos es la única opción que muchos homosexuales ven como el camino a convertirse en padres. ¿Yo? Ni pensarlo, aún después de contar con toda la información necesaria sigo pensando que, en mi caso, prefiero contarle a mi hijo que vino al mundo siendo producto de relaciones sexuales a decirle que vino de una probeta. Porque si algo tengo claro, es que quien quiera que vaya a ser la madre de mis hijos, tendrá que ser alguien con quien existan sentimientos compartidos y no una desconocida que viva en alguna parte del mundo sin saber que existe alguien respirando gracias a ella. Yo quiero que mis hijos convivan con su madre, así sea una amiga heterosexual soltera o una lesbiana en pareja. Pero bueno… ese soy yo y soy regio. Tradicional y un tanto codo… ¿Gastar tanto en una inseminación que puedo hacer sin pagar un peso? ¡Venga!





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Fuentes:


Especialistas:

Elvia Alicia Flores – Psicóloga.
Teléfono: 8117458485, Monterrey, Nuevo León. México.

Iván Davydov – CARE Surrogacy Center Mexico

Leibnitz #1 Int. 501 Colonia Nueva Anzures, Delegación Miguel Hidalgo, Distrito Federal. Teléfono: 5547411475