martes, 27 de enero de 2015

¿Andarías con alguien VIH+?



Andarías con alguien que tiene VIH? Sé honesto… ¿Cuál es la primera respuesta que llegó a tu mente?

Cuando hablamos de VIH es muy común que la mayoría llegue a sentir temor, pero es mucho más común que uno piense que algo como eso “jamás le va a pasar”. Hablando de temas como este no importa la edad, de nada sirve si eres joven o no, el caso es que creemos que somos inmunes, que estamos exentos y muchas veces que un condón es suficiente para evitar llegar a ser portadores del virus. ¿En verdad crees que eso es todo lo que necesitas?

Debo decir que yo me he hecho la prueba del VIH en algunas ocasiones, y no hubo ninguna de ellas en la que no sintiera nervio y miedo durante la expectativa de los resultados. Sentía miedo porque en algún momento me ganó la calentura, porque pensé que nada pasaría y me olvidé de usar un condón. Y a pesar de que afortunadamente todas mis pruebas han salido negativas, la realidad es que no se puede estar jugando con el destino.

Supón que tú lo tienes, hagamos de cuenta que eres VIH positivo. ¿Crees que eso te haría diferente de los demás? ¿Piensas que no mereces las mismas oportunidades de ser amado y disfrutar de una relación maravillosa como todos? Honestamente yo no tengo una respuesta definitiva a la pregunta principal de este texto, pero lo que es cierto es que si yo fuera el portador, me gustaría saber que por pequeño o grande que sea ese detalle para otros, la oportunidad de encontrar el amor sigue sobre la mesa.

Pensaba escribir este artículo en base a los comentarios de otros, a las tantas respuestas positivas que recibí y a unas cuantas muy nefastas, pero la verdad es que no puedo hacerlo de esa forma. No puedo dar por hecho que todos los que respondieron con un sí rotundo en verdad lo harían, de igual forma no puedo estar seguro de que aquellos que sin dudarlo dijeron que no, no cambiarían de opinión si el hombre en cuestión fuera el amor de su vida. Lo que sí puedo hacer es hablar de mí, de lo que pienso y de mi propia experiencia.

Nunca he salido con alguien positivo, no porque lo rechace, pero porque jamás he conocido a alguien en el plano amoroso que sea portador. A quien sí conocí fue a un gran amigo, un hombre con tanta vibra positiva como belleza física y emocional; y sí, tenía VIH. Me contó que lo tenía desde muy chico y me lo dijo como si hablara del color de su cabello. Así sin más, sin darle importancia, sin dejar que fuera eso lo que lo definiera. ¿Sabes qué otra cosa tenía? Una relación más duradera y estable de la que yo he tenido jamás.

Creo que nunca he conocido a una pareja tan comprometida y feliz como la de ellos. Se entendían a la perfección, se amaban, se respetaban y créeme, por lo que llegué a saber en esas charlas subidas de tono, su vida sexual era por demás envidiable. Sí, su pareja era negativo, y para él eso nunca fue un impedimento o una barrera tanto en la cuestión emocional como sexual. Y yo siempre me pregunté… ¿Cómo demonios lo hacen?

Quizá no existe una fórmula, probablemente nunca sabré la respuesta, pero lo que sé es que hasta el último día de vida de mi amigo, fue feliz. Y gran parte de esa felicidad se debió a que encontró el amor en alguien sin prejuicios, sin miedos, con suficiente valor para estar a su lado sin importar nada. Creo que ahí está la clave, en que no todos somos ese tipo de hombre.

A muchos nos gana el miedo, esa estúpida mentalidad que nos dice que no es bueno, y en gran parte la inmensa falta de información en cuanto al tema. Es muy fácil decir que NO cuando los temores nos ganan, cuando nos ponemos a pensar lo que otros podrían pensar, cuando creemos que al estar con alguien positivo inmediatamente van a deducir que tú también lo eres y ¿¡cómo va a ser posible!?

Nos limitamos a ver la etiqueta sin hacer un esfuerzo por ver a la persona detrás, al ser humano, al hombre. Queremos lo mejor para nosotros sin preguntarnos antes si nosotros somos lo mejor para alguien más, pensamos que por no ser portadores de VIH somos mejores y muchas veces albergamos la estúpida idea de que todo el que lo tiene se lo ganó por andar de caliente, sin saber exactamente cómo fue que terminó siendo positivo.

¿Será que aún no estamos listos para darnos cuenta de que los tiempos han cambiado? ¿Será que a pesar de que muchos van por ahí pidiendo igualdad y navegando con bandera de activistas en el fondo siguen siendo intolerantes a aquello que no conocen? Si en lugar de VIH habláramos de una persona con cáncer, ¿la reacción sería la misma? Entonces… ¿estamos rechazando a alguien por ser diferente, o en realidad el temor es a la idea de amar a alguien que tenemos más probabilidades de perder?

Existen muchos factores a tomar en cuenta antes de responder si tendrías una relación con alguien que es VIH positivo, pero sean cuales sean lo importante es que no estén basados en el miedo. Sí, el VIH es contagioso, pero también lo es la estupidez, y al menos yo preferiría enamorarme de alguien VIH positivo que de un hombre tan estúpido que defina a otros por lo que tienen, y no por lo que son.


¿Tú qué harías? 

martes, 20 de enero de 2015

La carne es débil... ¿Una relación es sólo de dos?



 ¿Amor o sexo? ¿Sexo o amor? ¿Ambos? ¿Juntos o separados? Tantas preguntas y un solo conflicto. Durante mucho tiempo he querido escribir acerca de este tema, pero honestamente no me atrevía a hacerlo porque aún no definía una postura personal al respecto. Y es que cuando hablamos de amor y sexo no todos tenemos la capacidad, madurez o experiencia, para saber separarlos cuando la situación lo permite.


Es muy cierto que tanto el sexo con amor, como sin el son posibles. ¿Cuál sabe mejor? Eso es cosa de cada quién, pero lo que también es cierto es que cuando se trata de separarlos a veces nos cuesta un huevo y la mitad del otro. Para que me entiendan mejor y no darle tantas vueltas… ¿Qué pasa cuando verdaderamente amas a tu pareja pero sexualmente necesitas algo diferente?

Ah, llegamos al punto. Por ahí dicen que a veces de tanto comer caviar de pronto se antojan unos buenos tacos de frijoles sin importar qué tanto disfrutes la hueva de pescado. Total, imagina que por meses; o quizá años no has probado otra cosa que no sea un sándwich de jamón. Es lógico que un día vas a despertar con antojo de otra cosa, y por más que digan que pueden existir mil formas diferentes de preparar un sándwich de jamón para darle otro sabor, en el fondo TODOS sabemos que sigue siendo LO MISMO.

Por años pensé y me convencí de que mientras amaras a alguien era imposible echar pasión con otra persona. ¡Vamos! Que ni siquiera me podía pasar por la mente, y es que en mi mundo de caramelo creía que el amor era fuerte, poderoso, y suficiente. Tras años de experiencias, relaciones, enamoramientos, tipos que van, vienen y se vienen, he llegado a la conclusión de que desafortunadamente no es así.

Muchas veces escuché el famoso “somos hombres y tenemos necesidades” o aquél que dice “la carne es débil”, y pensaba que se trataban de meros pretextos para andar metiendo la ver…dura en la canasta de cualquiera. Hoy, en pleno 2015 y con casi 28 años de edad, debo confesar que mi mentalidad ha cambiado, ¡y no porque me guste andar de caliente! Eso es aparte, sino porque conforme la sociedad evoluciona nosotros lo hacemos con ella.

Aquí no se trata de infidelidades, sino de acuerdos. No hablamos de ser cabrones sino de ser realistas y honestos. Digamos que el amor de tu vida se va de viaje por 1 año, sí, aunque pueden visitarse te aseguro que lo harán quizá una vez al mes si bien les va y dependiendo de lugar en el que esté. Estando separados, ¿puedes pedirle fidelidad? Planteemos la pregunta desde otra perspectiva: ¿crees que aunque se lo pidas va a tener la fuerza suficiente de hacerlo? Otro giro más: ¿la tendrás tú?

A la hora de hablar de sexo siempre pensamos en lo placentero que es, en lo mucho que lo disfrutamos y en la cantidad infinita de posibilidades que hay para tenerlo. Pero cuando estamos enamorados pensamos en el sexo como algo prohibido fuera de tu relación de pareja. Y todos sabemos que cuando algo es prohibido a veces resulta mucho más excitante. ¿Qué prefieres? ¿Qué tu pareja te mienta y te diga que no se acuesta con nadie más? ¿O al menos saber que ambos pueden hacerlo sin que afecte el sentimiento que existe entre ustedes?

No estoy diciendo que vayan todos a ponerle con quien se les de su gana y engañen a su novio, no. Lo que estoy diciendo es que creo que es posible tener una relación basada en la confianza, la comunicación y LA VERDAD. Si bien los celos muchas veces juegan una parte fundamental en las relaciones, también existen diferentes formas de celar a tu pareja.

El hecho de que tu novio se acueste con alguien más NO quiere decir automáticamente que no te ama, lo que SI quiere decir es que en el momento estaba caliente. NO quiere decir que tú no seas bueno en el sexo, lo que SI quiere decir es que a pesar de eso la atracción por otras personas SIEMPRE va a estar presente. Piensa, ¿por qué en otras culturas no existe problema alguno con tener más de una pareja? Ahí tenemos a los árabes con sus varias esposas, o no nos vayamos tan lejos, a los europeos con una idea del amor y el sexo mucho muy diferentes a la nuestra. ¿Por qué para ellos es más normal el poder llevar una vida amorosa a la par de una vida sexual abierta?

Me atrevo a decir que todo está en la mente, la educación, la crianza y la madurez. En las tres primeras no hay nada que podamos hacer, así nos enseñaron a la mayoría en Latinoamérica. Crecimos pensando en el amor idílico de las telenovelas y películas, lleno de drama e intensidad, soñando con el hombre perfecto que sólo tenga ojos para uno y que no quiera ni ver a alguien más. Pero por el último; la madurez, sí que podemos hacer demasiado. Porque la experiencia te da armas, el crecimiento te abre la mente y mientras más vives más aprendes.

Quizá te cueste entender la idea del amor libre, pero existe. Quizá te estés enojando al leer esto por descalificar al amor como platónico y monógamo, no lo sé. Lo que sé es que si algo he aprendido es que la mentalidad, las ideas, las relaciones, así como el amor y el sexo son materia, y no se crean ni se destruyen… se transforman.