jueves, 24 de septiembre de 2015

Al que dejaste ir...



Voy a empezar por decirte que no te odio. Que no te guardo ningún rencor y que el alejarme de ti fue una decisión que me costó, pero de la que no me arrepiento. Probablemente tú me odias, odias el que yo te haya dejado y que hubiera cortado tus ilusiones cuando tú estabas emocionado por lo nuestro. Hoy puedo explicarte qué pasó.

Nunca se trató de ti. Por más trillado que parezca no te dejé porque algo te faltara, porque no tuvieras lo que busco. Tampoco te dejé porque fueras demasiado para mí, no. No se trata de falta de autoestima ni el pensar que no merecía a alguien como tú. La situación va más allá de eso.

Probablemente en ese momento tú no entendiste mi razonamiento, quizá sigas sin hacerlo. Pero lo que te puedo decir es que aunque hice lo que era mejor para mi, también busqué beneficiarte a ti. Ahorrarte tiempo, evitarte la decepción de enamorarte de alguien que no podía corresponderte. Desgastarte por alguien que simplemente no estaba listo, que no podía valorar el cariño de otro.

Esa es la cuestión. Nunca se trató de ti. Conocerte me emocionó y me ilusionó día con día, provocó en mi sensaciones que llegué a pensar que no tendría de nuevo. Llegué a despertar pensando en ti y a sonreir al recordarte. Sé que sabes lo que es eso. Pero a pesar de ello no estaba listo, mi corazón, mente y cuerpo no lograban conectarse. Cuando me alegraba por verte algo me decía que tuviera cuidado, cuando pensaba en dejarte algo me animaba a seguirte viendo. Todos los días me enfrentaba a eso.

Ha pasado algún tiempo y hoy me acordé de ti. De lo mucho que me hiciste feliz y de todo lo que vivimos. De las veces que reímos y aquellas en las que nuestras peleas terminaron en la cama. De tus sonrisas y lo bien que me hacías sentir cuando estuvimos juntos. Hoy recordé que te dejé ir porque no estaba listo.

Aunque puedas pensar que en este momento estoy tratando de recuperarte, no es así. Cuando nos conocimos yo no estaba preparado para darte lo que necesitabas, y estoy seguro de que no era nuestro tiempo. Pero la prueba de que todas las personas que se cruzan por nuestras vidas lo hacen por una razón, es esta. Es el decirte hoy que no tenías porque odiarme, que tu resentimiento es innecesario, que aunque no lo entiendas, un día verás que el que me haya alejado sirvió para que así pudieras conocer al hombre que estabas esperando.

A veces nos cuesta mucho ver que cuando alguien se va, está abriéndonos más posibilidades. Nos cerramos en un sentimiento de abandono que no nos permite percatarnos de que cuando volvamos a amar, sabremos que por algo la persona anterior no se quedó, que el universo tenía algo más para nosotros, alguien más adecuado para ti.

No espero que me agradezcas el haberme ido, lo único que quiero que sepas es que tú no fallaste, que noté cada esfuerzo que hacías, el tiempo que tomabas para estar conmigo, las ganas que tenías de que lo nuestro funcionara. Que sepas que físicamente me encantabas, que tu forma de ser me atrapaba y que tienes cualidades que pesan mucho más que los defectos, que cualquiera sería afortunado de tenerte a su lado. Cualquiera, menos yo cuando nos conocimos.

Ayer nos encontramos de nuevo después de tanto tiempo de no vernos. Pasé a tu lado y volteaste la cara sin siquiera disimular tu arraigado enojo, desviaste la mirada y a pesar de los segundos en los que pude ver tus ojos, noté aún ese coraje en tu mirada. ¿Es porque ahora estoy con alguien? ¿Por qué otro logró hacer que sí funcionara? Recuerda que nunca fue por ti, que no tenías nada malo, que no se trató de que no fueras suficiente o fueras mucho más. Sólo no estaba listo.

Si yo no era para ti, estoy seguro de que encontrarás a alguien que sí se quede. Alguien emocionalmente disponible para hacerte feliz, alguien quien sí pueda quererte como lo mereces. Hoy quiero que dejes de pensar que algo malo había en ti, que no diste suficiente, quiero que tengas la seguridad de que podrías ser el novio perfecto, siempre y cuando tu camino se cruce con la persona indicada. Que en ese momento no era yo.

Quiero que sepas que aunque pensaste que me quise más a mi por dejarte aún sabiendo lo que valías, también te estaba queriendo a ti al evitarte la pena de estar conmigo. Que si hoy soy feliz con alguien más fue por decidir alejarme, y que cuando tu piel vuelva a vibrar por otro, mi cariño por ti seguirá estando presente, porque me fui para que pudieras encontrar a ese hombre que te hiciera realmente feliz.