jueves, 24 de julio de 2014

¿Qué pedo con los chichifos?



¿Qué es un chichifo? Para empezar con este bonito artículo de interés general tenemos que hablar de la definición que le damos en estos días a tan curiosa palabra. En la comunidad gay se le llama “chichifo” a aquél hombre vividor, interesado y experto en sacar de otro el mayor beneficio económico a cambio de sexo, compañía una relación “formal” o todas las anteriores juntas.

Y aunque la gran mayoría de las personas piensan que los chichifos se especializan en relacionarse con hombres mayores cargados de billetes, no podríamos estar más equivocados. El chichifo tira parejo, y tira para todos lados. ¿Cuántos no conocemos a uno? Ya sea porque hayamos cometido el error (o a veces no) de mantener una relación o porque tengamos a algún amigo o conocido que lo lleva a la práctica. El punto es que ese tipo de entes abundan por todos lados y nunca falta el pobre ingenuo que termina cayendo en sus redes.

¿O ni tan ingenuo? La realidad es que el acto de chichifear es como todo. Vamos, que para un mal existe un remedio, ¿no? Digámoslo así, existen los medicamentos porque existen las enfermedades, existen los bailarines porque existe la música y existe la prostitución porque existen hombres y mujeres ávidos de sexo y noches de pasión. El chichifo existe porque también existe alguien que lo mantiene. Así de simple.

No es nada raro escuchar o haber tenido una conversación en la que alguien se compadece del pobre “Pepe” (llamémoslo así) porque su novio o ligue lo único que hace es sacarle lana, hacerlo que lo lleve a lugares caros, le compre ropa o que siempre pague por todo. ¡Ay, pobre Pepe! ¿A poco no? Y anda, que vas y le dices a Pepe que abra los ojos y vea que lo están utilizando, que deje a ese vividor que tiene por novio y se consiga a alguien “de su nivel” que aporte lo mismo a la relación. ¿Qué es lo que pasa? Que meses después tu inocente amigo sigue con el mismo tipo y lo primero que haces es tacharlo de pendejo. Y déjame decirte que no lo es tanto…

Una de las cosas que siempre hacemos es poner al chichifo como el malo, el aprovechado y el que se beneficia del otro, pero ¿se han puesto a pensar que el “ingenuo” también obtiene algo de todo eso? La verdad yo no creo que una persona que está siendo “abusada” no se de cuenta de ello, no, si bien que lo saben y muchas veces ni les molesta. Porque aunque pueden estarles sacando algo, ellos lo hacen también, sólo que esa parte no la vemos. Puede ser muy buen sexo, o sólo sexo porque quizá son bastante feos o gordos y eso los hace no poder conseguir a alguien con quien echar pasión. Puede ser que lo que ganan es compañía, porque el chichifo tenga muy buena plática, sea muy culto, los haga sentir bien y además obtengan también un poco de romance, así como también en el caso de los hombres mayores puede ser que lo que ganan sea estar con alguien joven, enérgico, y claro, que las demás personas vean que aún puede levantarse buenas carnes, así sea por dinero.

Esa última fue la respuesta que me dio un amigo con el que platiqué del tema en alguna ocasión en la que traté de hacerle ver que lo estaban usando. “¿Pendejo yo? ¡Pendejo él! Que por salidas, ropa o regalos malgasta su juventud estando con alguien al que no quiere o que ni siquiera le atrae físicamente. Aquí el que pierde es él, porque yo lo que gasto es sólo dinero que luego regresa y lo que gano son años de juventud que él no va a recuperar”. ¿Estarían ustedes de acuerdo con él?
                               
¿Y qué es lo que pasa con aquellos que realmente no se dan cuenta? Porque también pasa. Empiezas a salir con alguien y resulta que olvidó su cartera, que sus papás no le han depositado o que lo acaban de asaltar justo en el camino hacia tu casa. ¡Pobre! ¿O qué tal cuando te sacan aquella de que se enfermó algún pariente y él muy bondadosamente se ofreció a ayudarle? Al chichifo le sobran excusas, así como le sobran estúpidos que se las crean.

Claro, como a ti te gusta el tipo y apenas lo estás conociendo ofreces pagar una vez, y la que sigue, y la que sigue. Y con el paso del tiempo y clavándote poco a poco, ¿cómo detenerte? En este caso ni viste por dónde llegó la pedrada y a lo mejor ya hasta lo tienes viviendo contigo porque “lo corrieron de su casa”, “se peleó con sus roomates” o “no le alcanza para pagar la renta”. Y aunque muchos dicen por ahí que un chichifo nunca se enamora, quizá no sea del todo correcto. En lo personal creo que pueden llegar a enamorarse, pero la costumbre de que lo mantengan prevalece.

Ahora, ¿por qué llamarlos así? ¿Por qué en la comunidad gay se utiliza como palabra discriminatoria y peyorativa? Porque eso sí, el mantenido siempre es un chichifo. ¿Y qué pasa si vemos este tipo de relación desde un punto de vista heterosexual? Ahí es de lo más común que la mujer se quede en casa mientras el hombre la mantiene, o al menos sigue siendo común dentro de ciertas parejas. Aún en el noviazgo lo “correcto” es que el hombre (por caballerosidad) pague las salidas con la novia, las cenas, sus tragos y a veces hasta su ropa. ¿Será que por tratarse de una pareja homosexual lo mismo tiene que ser obligatoriamente visto como algo malo?

Por lo general aquí y en cualquier parte del mundo siempre habrá alguno dentro de la pareja económicamente mejor que el otro, ya sea en clase media porque uno sea gerente de una pequeña empresa y el otro empleado, o en la clase alta porque uno sea dueño de su propia compañía y el otro director de una multinacional. En ese tipo de casos no vemos como chichifo al de menor ganancia porque los dos ocupan un buen puesto, pero si hablamos de que en una pareja uno es dueño de una empresa y el otro empleado de Starbucks, entonces sí arde Troya.

Una de las cosas que me ha llamado la atención siempre que me encuentro con este tipo de casos es que el chichifo nunca es feo, ¡sino todo lo contrario! Son tipos por lo regular guapos o al menos de buen ver o de cuerpo tentador. ¿Lo han notado? Y es lógico, porque me parece un poco difícil creer que alguien puede obtener lo que quiere de otro siendo particularmente feo o sin chiste. Aunque de que hay manipuladores muy cañones los hay. Pero sigo creyendo que una de las leyes de vida del chichifo puede ser “lo hago porque puedo y porque tengo con qué”.

Y aunque casi siempre que se habla de chichifos lo hacemos en el contexto de las relaciones amorosas, el arte de la chichifeada no queda sólo ahí. ¡No! También se da con las amistades. Con aquél amigo al que siempre le tienes que invitar los cafés porque no tiene lana, que de la nada se invita solo a comer a tu casa VARIAS veces a la semana. Ese que en la escuela te dice “tráeme tal cosa y ahorita te la pago” y el dinero nunca llegó a tu mano. Sí mijos, por más que nos llevemos bien con ellos y los queramos demasiado, también a ese tipo de amigos hay que ponerles un alto, porque las personas aprovechadas son como los jugadores de los casinos, una vez que cierta máquina les dio a ganar, buscarán sacarle más a esa misma hasta que la máquina deje de darles y tengan que ir en busca de otra.



¿Y cómo prevenirse de ello? Fácil, ¿alguna vez alimentaste a un gato callejero afuera de tu casa? Si sí, apuesto a que a la noche siguiente el gato regresó de nuevo y en toda tu bondad le diste de nuevo de comer. Lo mismo pasa con el chichifo, si dejas de darle tarde o temprano se irá, a menos de que te de ternura y decidas adoptarlo.

AVISO: Ningún chichifo fue intencionalmente ofendido en la realización de este artículo… Espero.


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