Venga, que levante la mano
aquél que jamás haya enviado fotos comprometedoras o videos de esos que
denominan XXX… Aunque no puedo ver quiénes
lo hacen o no, puedo asegurar que son extremadamente pocos los que nunca han
intercambiado ese tipo de material con alguien por Whatsapp o en el chat de
Facebook.
Sí, sí, algunos cuántos se
las van a dar de muy santos y a llenarse la boca diciendo que ese tipo de cosas
son para la gente “zorra” y que la educación que recibimos en casa tiene mucho
qué ver con nuestro comportamiento tanto en redes sociales como en privado. Y a
esos sólo puedo decirles: ¡Párenle a su mame! La realidad es que aunque sí, la
educación tiene mucho qué ver con nosotros mismos, poco tiene qué ver con la libido,
el morbo o la calentura. ¿O qué? ¿También van a decir que sus papás los
enseñaron a tener relaciones sexuales para hacerlo de forma bonita y adecuada?
El intercambio de fotos y
videos eróticos no es nada nuevo, nada que no se haya hablado ya en otros lados
o que se desconozca. La diferencia al día de hoy es que con el auge de las
redes sociales y la rapidez con la que un mensaje puede ser esparcido, lo mismo
puede llegar a suceder con el material de contenido privado que le enviamos a
alguien. Tan pronto como se crea un nuevo trending topic en Twitter esas fotos
pueden llegar a cualquier lugar. Y aquí es donde seguramente empezarán a pensar
que por eso hay que tener mucho cuidado y ser selectivos con la gente a la que
se las mandamos. ¡Por favor! Estoy seguro de que esos con los que lo has hecho
no son tus “amigos” o alguien a quien puedas llamar “de confianza” al primer
momento. No, la mayoría hemos mandado fotos a alguien que ni siquiera conocemos
o a quien apenas hemos visto algunas veces. No le vengan a mentir a Pinoccio.
Si bien para muchos puede
llegar a ser un infierno el que ese tipo de material se haga público, para
otros ha resultado más que favorecedor. Claro, si eres de esos llamados “pito
chico” lo único que puedes esperar es que te tomen como burla y que la mayoría
de los comentarios sean demasiado deprimentes, porque quien sea que haya
publicado tus fotografías no lo hizo con el propósito de alabarte, créeme.
En cambio, cuando se tiene
una herramienta de buen ver, lo que sucede es todo lo contrario. Muchos hasta
vamos a agradecer que las hayan subido y querremos ver más, saber a quién
pertenece y otros hasta ofrecérsele peor que comerciantes en el mercado ofrecen
la fruta en oferta. Y aquí aunque el propósito haya sido “humillar” o hacer
quedar al susodicho como una golfa, curiosamente el resultado es totalmente
diferente.
¿Cuál es el beneficio de
“quemar” a otra persona? ¿Les brinda satisfacción hacerlo? ¿Por? No puedo
imaginarme la cantidad de rencor y el ardor que existe en la mente de ese tipo
de gente, al grado de creer que tienen cierto “poder” sobre alguien al publicar
algo tan íntimo. La verdad aquí es que ese poder es inexistente, esa adrenalina
y furor que sienten cuando lo hacen desaparece tan rápido como llegó, ¿por qué?
Porque aunque logren su objetivo lo único que hicieron fue ponerse a ustedes en
un nivel inferior dándole a la otra persona una importancia mucho mayor a la
que se dan a sí mismos. ¿Entonces quién tiene el poder? ¿Aquél que publica las
fotos y videos o aquél que es tan importante como para provocar odio o
satisfacción?
¡Vamos! ¿En verdad es tan
grave que otros puedan llegar a verte desnudo? Sí, que tu familia llegue a ver
fotos de su “muchachito” en pelotas puede ser vergonzoso, pero te aseguro que
no es nada nuevo para ellos. ¿Cuál es el problema? Todos tenemos lo mismo
aunque en diferentes tamaños, colores, grosores y formas, a fin de cuentas el
cuerpo es el cuerpo y aunque para muchos sea cuestión de morbo, para otros nos
es indiferente si lo enseñan o no.
Dudo mucho que la gente
vaya a dejar de tomarse fotos hot o videos mientras se masturban, dudo más que
dejen de enviarlos cada que se les de la gana. ¿Y tiene algo de malo? No. Lo
malo es que las personas se espanten cuando lo llegan a ver, que se den aires
de santidad cuando no existe diferencia entre ver fotos de desnudos
profesionales o fotos del vecino encuerado. Que te llamen zorra o fácil por
haberlo hecho. Y bueno… Si sí eres zorra, ¿qué? Cada quién elige qué hace, con
quién y cuándo, para eso todos tenemos un cuerpo y la decisión de cómo usarlo. ¡A
juzgar y dárselas de castos a otra parte!
¿Todavía te da miedo que
alguien pueda hacer pública una foto tuya al desnudo? Va, pero recuerda una
cosa: No hay publicidad mala, y a menos de que tengas algo de que avergonzarte
o de lo cuál no estar orgulloso, algunos podemos decir que nos vale porque si
nos llegara a pasar podríamos demostrar que nuestros padres tuvieron la
delicadeza y atención de hacernos hasta los genitales bonitos y atractivos.
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