martes, 28 de julio de 2015

Friendzone: Clichés para mandarte a la mierda




“¿Sabes? En realidad me la paso muy bien contigo, eres un súper chavo y te mereces lo mejor; pero en este momento no estoy listo y creo que prefiero conservarte como amigo antes que arruinarlo y nos dejemos de hablar…”. ¿Te suena familiar? Si es así, mi querido lector, bienvenido a la friendzone.

A la mayoría nos ha pasado. Salimos algunas veces con alguien esperando que la química haga su chamba y quizá, sólo quizá, esta sea por fin la pareja que tanto hemos estado buscando, ese con el que vamos a compartir nuestro tiempo, cuerpo y emociones. Nos emocionamos en la primera cita, y nos emocionamos mucho más cuando planeamos una segunda, para las siguientes la atracción está al máximo; y si ya hubo más que besos entonces no sólo es tu mente y tu corazón los que se vuelven locos cada que lo ves, también tu cuerpo.

Acto siguiente: tenemos qué hablar. ¡Mierda! Todo iba bien, no había señales de que las cosas no fueran a funcionar o de que algo no estuviera en el lugar correcto. ¿Qué pasó? La realidad es que nunca lo sabremos con seguridad, podemos hacer conjeturas o hasta creer en sus motivos, pero jamás vamos a saber si son reales, puesto que es imposible descifrar verdaderamente lo que puede estar pasando por su cabeza. Por eso, hoy vamos a ver algunos de los pretextos y clichés más comunes cuando alguien te manda directito a donde te gusta.

Necesito Tiempo

¡¿Cómo para qué?! Tendrás suficiente tiempo para pensar cuando te mueras, eso seguro. Pero definitivamente esta frase es de lo más trillada cuando quieres zafarte de alguien que no te convence del todo. Nos dicen que tienen muchas cosas que pensar, que acaban de salir de una relación o que no saben lo que quieren. Y aunque suene culero, esta frase es de las que se usan cuando te diste cuenta que en efecto necesitas tiempo, pero para seguir conociendo a más vatos esperando que otro sí te haga sentir de verdad.

No eres tú, soy yo.

¡Huy! Esta viene desde tiempos ancestrales y se ha seguido esparciendo por los siglos de los siglos. ¿No eres tú? ¡Mentira! Sí eres tú, es el que no me gustes del todo, el que tienes cosas que no me laten, el que tu forma de ser y la mía no sean tan compatibles al final, el que el sexo no sea tan bueno como lo esperaba o hasta que seas tan buen partido que de miedo lastimarte. Aún con eso, sí eres tú, porque son esas peculiaridades o defectos tuyos los que lo hacen dudar.

Las relaciones no son lo mío.

¿Y te das cuenta después de haber durado varios años con alguien? ¿Después de una decena de novios? Si, es cierto que muchos pueden no estar hechos para el noviazgo, pero la convivencia se aprende, se desarrolla y se cultiva todos los días. O díganme, ¿cuántos hemos conocido a alguien que dice que las relaciones no son lo suyo y a los pocos meses termina andando con alguien más? ¡Típico! Muchas veces no es que no quieran un noviazgo, es que no lo quieren contigo.

No estoy buscando nada serio.

Esta quizá sea cliché, pero es de las más honestas que te vas a encontrar. Cuando un tipo te dice que no está buscando nada serio, automáticamente sabes que lo único que espera es un buen acostón. Sin sentimientos, sin romance, sin mensajes de texto y llamadas de buenas noches, no. Sexo, vacío y placentero sexo casual. Probablemente busque un sex friend, alguien con quien salir, pasarla bien y poder restregar los cuerpos, pero evitando la a veces molesta pregunta del “¿qué somos?”.

Sigo pensando en alguien más.

Así sea el ex, otro ligue o un amor a distancia. ¿Para qué chingados empiezas a salir con otro si tus sentimientos siguen aferrados a alguien más? La teoría de que un clavo saca a otro clavo no está chida, porque además de falsa, es dolorosa. Nadie quiere ser el clavo, a nadie le gusta que lo utilicen para olvidar a otro o que sólo lo hagan perder su tiempo. No chavos, hay que tener un poquito de madre y ser consciente de lo que hacemos, es irreal que a las 2 semanas de salir con alguien te des cuenta de que extrañas a tu ex. Eso lo sabes desde el principio, así que mejor ahórranos la pena de escuchar pretextos estúpidos.

Estoy enfocado en mi carrera.

¡Bravo! Me parece excelente que alguien sea lo suficientemente maduro y ambicioso como para dedicarse en cuerpo y alma al ámbito profesional. Y es que seamos honestos, algunas carreras son demasiado absorbentes y necesitan de un esfuerzo y entrega totales, pero siendo así… ¿Por qué ilusionas a alguien sabiendo que de momento no está en tus planes tener una relación? ¿Por no estar completamente solo? ¿Por saberte deseado y querido? No, si realmente sabes lo que quieres, dedícate a ello sin llevarte a nadie arrastrando en el camino.

Vamos muy rápido.

¡Cuidado, el elenco de Rápido y Furioso debe estar molesto porque le estamos tumbando la chamba! ¿De verdad? Ok, acepto que existen relaciones que se desarrollan muy rápido, no pasa ni un mes y ya casi viven juntos, conocen a la familia y comparten hasta la quincena. Pero nada de eso sucedería si el otro no diera pie a ello. La velocidad la van marcando los dos, y si en algún momento tú mismo pisaste el acelerador, no vengas ahora a frenar en seco cuando el otro ya está encarrerado.

Quizá no es nuestro tiempo.

Sí, nos llevamos súper bien, el sexo es bueno y la relación es linda. Pero no es el momento. ¿Entonces cuándo es? ¿Cuándo te canses de conocer a otros y se te de tu gana buscarme? El tiempo es subjetivo, y muchas veces nos excusamos con él porque no estamos listos para una relación, pero en este caso lo mejor es ser honesto y cortarlo de golpe. ¿Para qué dejar a alguien ilusionado con la esperanza de que en algún momento las cosas sucederán?

Te quiero, pero como amigos.

Hemos llegado al punto clave de la friendzone. Ese en el que después de haberte ilusionado, besado o hasta cogido, se da cuenta de que te prefiere como amigo. Sí, eres increíble, tu personalidad es maravillosa y quiere seguirte teniendo en su vida, pero no como novio. Hasta parece que en sus cabezas suena muy fácil pasar de un día para otro de ser el ligue al amigo. ¡A veces hasta cometen la estupidez de empezar a contarte a los pocos días que ya salen con alguien más! ¿Es neta?

Nadie está libre de ser mandado a la friendzone, de escuchar estos y muchos más pretextos que nos suenan a cliché y que no hacen más que ponernos a pensar que, una vez más, salimos con otro tipo como tantos que, consciente o inconscientemente sólo está jugando con nosotros. Pero aguas, que en muchas de esas ocasiones podemos darnos cuenta desde antes de que la historia terminará con alguna de estas frases, es sólo que nuestras ganas de hacerlo funcionar y de que podamos cambiar el curso nos hacen cerrar los ojos y continuar esperando a veces un milagro.


Eso, mis estimados lectores, se llama masoquismo. Y aunque podemos tener muchas ganas de encontrar a la pareja ideal, jamás lo haremos si seguimos poniendo al otro antes que a nosotros mismos y le damos la oportunidad de jugar con nuestro tiempo y sentimientos. O quizá tú, que me estás leyendo seas de los que recurren a estas trilladas frases para salir de una relación. Probablemente las aprendiste a la mala, siendo de los que las recibieron, probablemente no y sigas invicto en el juego. Pero cuidado, que hasta al mejor cazador se le va la liebre, ¿y quién sabe? A lo mejor mañana te toca, y en ese momento te invito a que recuerdes este artículo. Porque aunque te haga sentir mejor el pensar “no era yo”, recuerda que sí, no importa lo que hagas, sí eres tú.  

Mimetismo: Novios que copian a sus parejas.




Mimetismo: Habilidad que ciertos seres vivos poseen para asemejarse a otros y a su propio entorno para obtener alguna ventaja funcional. 

¿Les parece familiar? Nos es muy común asociar este tipo de comportamientos con los animales, específicamente con el camaleón; que tiene la capacidad de modificar su apariencia para engañar a los depredadores y así salvar el pellejo para seguir con vida. Pero este tipo de conducta no se da sólo en el reino animal, ¿qué es lo que sucede cuando un humano se mimetiza consciente o inconscientemente? Seamos más específicos y hablemos de las relaciones, ¿y qué cuando el mimetismo se da entre una pareja?

Vamos, que es hasta cierto punto normal que estando en una relación uno comience a adoptar actitudes del otro, costumbres, manías y hasta estilos, pero que sea común no quiere decir que también sea agradable. ¿Te ha pasado? Empiezas a salir con alguien, te gusta, le gustas, formalizan y empiezan a andar. No falta aquél al que le gusta más usar camisas que playeras, zapatos que tenis, pantalones que jeans, ¿qué pasa comúnmente cuando uno resulta mirrey y el otro pandroso? ¿Será que este tipo de combinaciones van dirigidas al fracaso?

No necesariamente, lo que sucede es que poco a poco (y a veces sin querer) vamos cambiando con el propósito de seguirle gustando al otro. ¡Por más estúpido que se escuche! Aunque creas que eres muy original, que nunca vas a dejar de ser fiel a tus ideales y a tus gustos, la verdad es que cuando te enamoras una parte de tu cerebro se apaga y lo único que ves claramente es tu deseo de estar con él. Es entonces cuando uno empieza a cambiar poco a poco. 

Que si a tu novio le gustas más sin gorra, que si te va mejor el color negro, que si le parece más sexy que uses skinny jeans o te dejes la barba… Y así empieza el mimetismo. Normalmente no nos damos cuenta, sólo va pasando. El caso es que de la noche a la mañana tú o él empiezan a verse diferente, es más, a parecerse tan cañón uno al otro que a veces llegan al grado en que aquellos que los conocen puedan decir que parecen clones. ¿Sigue siendo normal? Puede que sí, hasta puede que te guste y lo percibas como algo lindo y que los distingue como pareja, pero no siempre es así. Si bien existen muchos pros al verte similar a tu novio, existen aquellos que ven la clonación amorosa como algo aburrido y hasta cierto punto ñoño. 

Va, igual y se ven lindos, ¿pero qué pasa cuando alguno de los dos es demasiado “territorial” y egoísta? Cuando estás en una relación no es raro que uno se ponga la ropa del otro (claro está, cuando comparten la misma talla), pero cuando eres una persona celosa de tu espacio, tu tiempo y tus cosas, no existe la posibilidad de que alguien pueda usar ninguna de tus prendas, ni siquiera tu novio. 

A mi me ha pasado (pero bueno, a mí me gusta rescatar casos perdidos y convertirlos en príncipes) pero puedo decir que es en verdad molesto cuando tomas a un tipo sin estilo y al terminar resulta ser con el que todos quieren. ¿Me veo muy egoísta? Quizá, probablemente sea muy de película de adolescentes malas el decir “yo te hice”, pero la neta es que ser el responsable del éxito de otros no siempre está padre. Más cuando tu pareja no es otra cosa que un clon tuyo, uno de esos casos de mimetización tan cañona que no sólo cae en el estilo, sino también en hábitos, actitudes y pensamientos.

Pueden existir muchas opiniones en cuanto a este tema, estarán los que piensen que está cool y los que no, los que lo permitan y aquellos que hagan lo posible por evitarlo, pero el adoptar algo del otro seguirá pasando hoy y en el futuro. ¿Por qué? Tan simple como que la convivencia permanente con alguien siempre nos lleva a la reacción esponja. Absorbemos a veces sin darnos cuenta, y a veces por más que lo neguemos, terminamos diciendo frases que no nos gustaban, haciendo cosas que teníamos prohibidas, y sí, vistiendo de formas que a lo mejor no pensábamos que nos podían lucir. 

Es mucho más fácil cuando hablamos de una pareja que desde el momento en el que se encontraron compartían gustos y estilos, esos a los que llamamos twins, que se visten TAN similar y que su apariencia física es bastante parecida que lo único que podría venírsenos a la mente es que padecen de un caso severo de egolatría al relacionarse sentimentalmente con alguien demasiado parecido a ellos. ¡Todos conocemos a una pareja así!

La cosa se resume a lo siguiente: Si te gusta, hazlo, si no, dilo. Al final la comunicación es la base de cualquier relación. Así que si te molesta que tu pareja vaya adoptando estilos de vestir similares al tuyo, simplemente dile que no te late. ¿Por qué a la mayoría le da miedo hablar con la verdad? ¿Por no herir susceptibilidades? ¿Por no verse muy bitch? Vamos, que la mayoría de los homosexuales presumimos de actitudes directas y comentarios honestos… ¿Por qué no aplicarla también con tu pareja? Que el amor no te nuble, lo importante es seguir siendo fiel a lo que eres y alentar a los demás a que lo apliquen consigo mismos, con más razón si se trata de tu pareja, ese al que amas y por 
el que te preocupas. 

Si bien el mimetismo en una relación puede ser normal, lo que no es normal es estar con alguien que por completo carece de un estilo propio y que antes de ti era skate porque su ex lo era, que probó ser hipster porque salió con alguno, y mucho menos que ahora vuelva a evolucionar como Pokemon nada más porque se encuentra con una persona diferente. No sé ustedes, pero al menos yo me siento atraído por la originalidad, por el valemadrismo y por ese estilo de vida en el que no importa lo que los demás piensen, en el que lo único que importa es la comodidad personal y el hecho de que quien sea que vaya a estar contigo lo hará porque le gustas tal como eres. 

Total, si nos vamos a mimetizar, mejor que sea en la cama para que los cuerpos sean uno solo. ¿O a poco no es más rico?