¿Qué es lo que pasa cuando
empezamos a salir con alguien? ¿Qué tanta importancia le damos a los ingresos
económicos de un prospecto de pareja o de la pareja en sí? Como aquí siempre se
habla con la verdad, y aunque muchos (yo entre ellos) digamos que cuando hay
amor lo de más es lo de menos, el nivel económico de alguien que nos gusta
siempre será uno de los factores importantes a la hora de decidir avanzar con
la relación.
No me van a dejar mentir.
¿Qué pasa si conoces a alguien y te dice que trabaja en algo que no te gusta o
que sabes que no es suficientemente bueno para tus intereses? ¿Aún así te das
la oportunidad de conocerse? ¡NO! Y por más que queramos hacernos los
equitativos, buena onda o comprensivos, la verdad es que esas cosas ya no suceden.
Tu oficio habla mucho de ti, y entre más aspiracional sea resultará mejor para
el ligue. No se trata de que seamos unos interesados o trepadores, no, no se
confundan. Se trata de buscar una equidad en la relación.
Aunque de inicio puede que
no te haga ruido el que tu pareja gane menos que tú, la realidad es que con el
tiempo los problemas pueden salir a flote cuando no pueda mantener el estilo de
vida que tú llevas. ¿Salidas a cenar varias veces por semana? ¿Al cine? ¿Obras
de teatro y actualizar tu guardarropa al menos una vez al mes? ¡Mejor ni
hablamos de los viajes! Además de que estar con alguien cuyos ingresos no sean
al menos equivalentes a los tuyos puede llegar a ser un problema de dinero, no
hay que olvidar que puede convertirse también en uno de autoestima.
Créeme, yo he estado en
ambas circunstancias. Cuando mi ex era el jodido de la relación (casi literal
porque no trabajaba) la relación no duró más de 3 meses. ¿Por qué? Porque a
pesar de que era una persona con ambiciones, en ese preciso momento de su vida
se encontraba en etapa de estudiante, una etapa que yo ya había pasado años
atrás. Y por más que uno invierta tanto su tiempo como su dinero en una persona
en la que está muy interesado, tarde o temprano te vas a cansar, y tu cartera
contigo. Es algo así como un típico caso en el que quisieras decir: “Todo está
cool, eres un buen tipo y te quiero, pero búscame cuando hayas terminado tu
carrera y empieces a ser independiente”. ¿Me explico?
Cuando yo fui el jodido de
la relación las cosas fueron diferentes. Y cabe aclarar que al llamarme
“jodido” no es porque lo fuera, mis ingresos eran buenos y podía pagar por un
estilo de vida muy aceptable, el problema era que los de mi pareja se
duplicaban por mil, y en dólares. Aunque nunca me sentí menos y trataba de
mantener una equidad en cuanto a los gastos que compartíamos, la realidad era
que a pesar de mis metas profesionales él ya había logrado un estatus mismo que
yo (todavía aún) estoy trabajando por conseguir.
Al momento de conocer a
alguien SIEMPRE vamos a preguntar a qué se dedica, y es lógico pues es parte de
las cosas que determinarán si tienen algo en común y si pueden compartir temas
o enseñarse nuevos entre ambos. Pero seamos honestos, si uno ya pasó años
fregándose y trabajando para lograr ascender en el ámbito profesional, lo usual
es que busque a alguien con la misma hambre de éxito o al menos que no sea un
bueno para nada carente de metas.
Sí, podrá ser muy atractivo
salir con el mesero sexy de algún restaurante, pero ¿hasta dónde va a llegar
esa relación? Si bien ellos a veces ganan mucho más en propinas que uno, la
verdad es un trabajo que no demuestra grandes aspiraciones, mucho menos si ya
se encuentra a mitad de sus veintes.
Dicho esto, podemos ver que
para muchos no sólo cuánto ganes es importante, sino también cómo lo hagas.
Otro ejemplo: Tú novio gana 3 veces lo mismo que tú… Siendo Go-Go dancer o
escort. Aunque habrá muchos a los que no les moleste tal cosa, me atrevo a
decir que la gran mayoría lo pensaríamos dos veces antes de involucrarnos con
alguien de esa profesión.
Con cada año nos empezamos
a volver más exigentes, sabemos más a qué o quién le tiramos y nos es mucho más
fácil descartar prospectos y decidir cuáles pasan todos esos filtros que
ponemos. Y aunque encontrar a alguien con quién sentirnos no únicamente
iguales, sino además incluir admiración por lo que ambos hacen parece una tarea
difícil, ciertamente no la es. Sólo hay que tener muy claros nuestros objetivos
y no darnos por vencidos a la primera tormenta.
Pero bueno, por el momento
yo no gano millones ni viajo a Dubai, no pago restaurantes caros ni ropa de
marca, así que no espero encontrar a alguien que en este momento de su vida lo
haga. Así que mi meta podría ser algún jodido extremadamente creativo y dedicado
al arte que comprenda cómo funciona esto. ¿Alguien con el perfil? Pero eso sí,
aunque hoy ni Vocho tengo, mañana lloraré feliz en mi Ferrari. ¡Venga!
Juan Carlos tienes algo de razón, me gustó. un abrazo! :)
ResponderBorrar