Típico, cuando estás en una
relación tus amigos se la pasan de lo lindo disfrutando ser solteros, y cuando
tú estás más solo que la agenda de contrataciones de Fey todos están empezando
a salir y a formalizar sus relaciones. ¿No te ha pasado? Si eres de los que
como yo sabe disfrutar de su soltería, entonces no te causa ningún conflicto
que la gente a tu alrededor empiece a cuestionarte, y muchas veces presionarte
para que consigas pareja. Pero cuando vas rondando los treintas quizá portar la
etiqueta de solterón o quedado no se sienta tan padre como solía ser al
principio de tus veintes.
La vida social siendo
soltero es una maravilla, puedes salir a donde quieras, con quien quieras,
conocer, coquetear o hasta terminar en la cama con quien se te de la gana sin
rendirle explicación a nadie o sentir culpa por ello; eres libre de hacer con
tu tiempo lo que quieras y más allá del tiempo ¡con tu dinero! Y más allá del
dinero ¡con tu cuerpo! Porque por más que podamos dárnoslas de santos
inmaculados y casi vírgenes, la realidad es que todos disfrutamos del sexo
ocasional ya sea planeado o después de una noche de peda. No faltará quien diga
que es mejor si es con tu pareja, y no lo cuestionamos, pero vamos, que el sexo
ocasional también tiene sus ventajas.
Y entonces llega el día,
ese día en el que estás tan entregado a ti mismo, a tu espacio y ritmo de vida
que piensas que no necesitas a una pareja a tu lado para ser feliz y sentirte
realizado… Y de pronto empiezan las cancelaciones. Tus amigos no pueden salir
porque tienen citas, no te pelan en el antro por estar en el beso con el novio,
los fines de semana de comidas y drinks se convirtieron en encerronas y
compromisos de pareja… ¿Y qué carajos estás haciendo tú?
No faltan los amigos que a
los dos meses de relación ya están cuestionando tu estilo de vida de “locura y
desenfreno” incluso cuando hace 10 semanas ellos la vivían contigo. Esos que estando solteros decían que no había
nada mejor que eso y ahora tratan de convencerte de que una vida en pareja no
se compara con ninguna otra cosa, que derraman amor y no tienen otro tema de
conversación que no sea su novio. ¡Qué hueva!
Ah, pero de pronto siembran
la semilla y empiezas a preguntarte ¿y por qué no? Aunque uno lo niegue, la
presión social que se llega a ejercer sobre nosotros los solteros para
conseguir pareja puede ir afectando poco a poco, incluso sin que nos demos
cuenta. De repente empezamos a pensar en ello, conocemos a algún vato y
pensamos que igual y se podría dar algo bien, que enamorarnos de nuevo no sería
tan mala idea y que lo peor que podría pasar es que la relación no funcione y
uno regrese de vuelta al mercado.
¿En verdad existe gente
100% decidida y feliz con la idea de permanecer solteros? ¿O será que
únicamente lo son mientras la etapa dura, pero secretamente esperan conocer a
alguien y vivir el “felices para siempre” con el que crecemos como un ideal? Yo
siempre fui el tipo de wey que no sabía estar solo, que brincaba de una
relación a otra y muchas veces andaba con alguien sólo porque sí, así sin amor,
sin interés alguno, sin deseos de que la relación prosperara. ¿Pero a dónde
está destinado un noviazgo que inicia sólo por temor a la soledad? ¡A la
mierda! Ahí es a donde va y sin boleto de regreso.
La cosa está así: si eres de esos solterones que se quejan a cada rato de serlo, entonces
aplícate y no estés esperando a que el tipo de tus sueños llegue mágicamente a
tu vida, porque si de algo estoy seguro es de que existen demasiados que odian
la soltería pero se les arruga el de atrás para hablarle a alguien que les
gusta, o que simplemente quieren que sea el otro el que les llegue y dé el
primer paso, ¿así cómo? La cuestión chingona está no sólo en hablar sino
también en actuar, no hay de otra.
Y
si eres de esos que están solos porque prefieren dedicar su mente, tiempo y dinero
en cosas más importantes, huyen del drama y desgaste que implica tener novio o
sólo porque no conciben la idea de estar con una sola persona y perderse del
placer de vivir su sexualidad libremente, entonces que te valga si a los demás
no les parece. Total, si algún día llega el amor llegará aunque lo resistas con
o sin la presión de nadie, y mientras tanto uno disfruta de lo que vive en el
momento, aunque le digan zorra de nalgas prontas.
La
decisión de no enamorarse la tiene cada uno, y las razones detrás de ello
pueden ser mil diferentes y todas igual de válidas y justificables. Una cosa es
segura, estar soltero no es malo ni negativo, aprender a estar contigo mismo
sin ser dependiente emocional de nadie es una de las mejores lecciones que se pueden
aprender en la vida, y nada tiene de malo si disfrutas pero esperas encontrar
algún día a un igual que también pueda estar sin ti, pero prefiera estar
contigo.
¿Y qué si somos solterones?
¿Y qué si los amigos nos llaman quedados? Espérate a que descubran al novio con
los pantalones en los tobillos y un tipo frente a él de rodillas, o a que
tengan una pelea que los lleve a terminar. ¿A quién van a recurrir? Entonces el
ciclo empezará de nuevo y ser solteros es lo mejor que les ha pasado… Hasta que
encuentran nuevo ligue.
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