Hace poco alguien me
sugirió escribir sobre Whatsapp como el medio social de infidelidad más grande
del mundo. La neta le dudé no porque no me gustara el tema sino porque es muy
abundante, y es que hablar de infidelidad o inseguridades en las redes sociales
es hablar de algo tan importante que se ha convertido en el pan nuestro de cada
día.
Bien dicen por ahí: “Si no
tienes Facebook, no existes”, en nuestros días las redes sociales como
Facebook, Whatsapp o Twitter se han convertido en una parte vital de nuestras
vidas, a un grado tal que la importancia que les damos es muchas veces mayor
que la confianza que le llegamos a tener a nuestra pareja. ¿Cuántos no hemos
peleado por un comentario en alguna foto? ¿Por un tweet “coqueto” o por largas
conversaciones en Whatsapp que restan el tiempo que nos dedica nuestro novio?
La verdad es que sino es que todos, la gran mayoría de nosotros hemos tenido
problemas causados por alguna red social, pero ¿qué tanta importancia debemos
darle a estas páginas? Para poder escribir al respecto tuve que platicar con
varios chavos y chavas acerca de sus relaciones y cómo les afectan las redes
sociales y debo decir que no hubo uno solo que me dijera que le valieran madre
las publicaciones de su pareja, pero empecemos no con aquello que puedes ver
sino con quizá la aplicación más cruel y bonita de todas: Whatsapp.
¡Es un desmadre! Todo lo
que puedes llegar a hacer y decir en Whatsapp va más allá de lo que imaginamos,
este tipo de aplicación nos brinda la seguridad de que todo lo que hacemos es
“privado” y que nadie más que la persona con la que hablamos se va a enterar.
Es tan adictiva que podemos pasar horas hablando con amigos, ligues o hasta
desconocidos a los que les pasamos nuestro número en una noche de peda. A fin
de cuentas el celular es un artículo personal y privado al que nuestra pareja
no puede ni debe accesar por su propia salud mental y emocional. No nos vamos a
hacer tontos, ¿quién no ha mantenido conversaciones románticas o hasta calientes
por Whatsapp? El ya muy famoso sexting es tan común en esta app que a veces no
lo vemos como algo malo, inclusive teniendo pareja. Compartimos fotos y videos
sin que nadie se entere y nos da la facilidad de rayar en la “infidelidad
virtual” sin necesidad de literalmente ponerle el cuerno a tu chavo.
Con Twitter es un tanto
diferente, muchos de nosotros no desconfiamos de esta red porque o no todos le
entienden o se cree inofensiva, pero la realidad es otra. ¡La cantidad de
ligues que se pueden dar en Twitter es impresionante! Empezando porque sigues
únicamente a quien te gusta ya sea por las estupideces que twittea o porque se
ve muy dable en el avatar, que sí, el 80% de los follows se deben a esta
segunda opción. Empiezas dando FAV, después RT y terminas mencionando a equis
persona sin importar si está del otro lado del mundo, en Twitter tienes la
posibilidad de seguir y entablar conversaciones con gente afín a ti y eso es lo
que puede causar esos “enamoramientos” virtuales que más de uno hemos tenido. La
adicción que nos crea es impresionante y debo decir que al menos yo he tenido
problemas con algún ex por prestarle más atención a mi cuenta de Twitter que a
sus conversaciones. Y es que hay otro dicho muy cierto con esta cuenta:
“Timeline vemos, mensajes directos no sabemos”.
Sin duda alguna la madre de
todas las redes y problemas entre las parejas es Facebook. Sí, esa página que
nos enseñó a acosar como profesionales y a saber todos y cada uno de los pasos
de nuestro ligue. Comentamos y le damos “like” a fotos y estatus no solamente
de amigos, porque seamos honestos, un gran porcentaje de los contactos que
tenemos en FB es gente que jamás hemos visto, que no conocemos pero de los que
aceptamos solicitud (o la mandamos) porque nos gustó. Así como esta página ha
dado pie a muchos noviazgos el número de truenes gracias a ella es mucho más
elevado todavía. ¿Qué tan importantes son las publicaciones para nuestra vida
en pareja? DEMASIADO. Un ejemplo clarísimo es cuando ese chavo que te gusta
sube una foto sin playera y en menos de 10 minutos tiene cientos de likes y
decenas de comentarios (incluido el tuyo), pero ¿qué pasa cuando empiezan una
relación y no deja de publicar este tipo de fotos? Ya no te gustó tanto la idea
¿verdad? Al estar en pareja exigimos que paren con este tipo de publicaciones
por respeto a nosotros sin importar si fue de esa manera que lo conocimos. Nos
empieza a molestar que siga compartiendo estatus de doble sentido o dándole
like a fotos de otros tipos, lo que desata molestias, peleas y truenes. ¿Será
que lo más sano es bloquear o eliminar a tu pareja de Facebook? Entre los
comentarios que recibí me sorprendió encontrar algunos en los que sí, muchos
piensan que lo mejor para tu salud mental es no tener a tu chavo en tus redes
sociales y es eso lo que los ha llevado a mantener relaciones estables y
duraderas.
Hoy por hoy y desde
aquellos tiempos ancestrales cuando Chabelo era un niño, la confianza es la
base de cualquier relación. No está ni jamás estará padre limitar tus
publicaciones en las redes sociales por temor a que tu pareja se enoje, ojo, lo
que quiero decir es que en muchos de los casos nuestra personalidad se ve
afectada y modificada para evitar problemas. Sí, existen ocasiones en las que
debemos ceder un poco y cambiar nuestros contenidos en las redes sociales
adoptando nuestro nuevo estatus amoroso, siempre y cuando nuestra esencia siga
intacta. ¿En verdad es TAN importante todo lo que se publica en Facebook o
Twitter? ¡No! Hay que tomar en cuenta que muchos de nosotros publicamos cosas
únicamente esperando likes y retweets, no con la intención de ligar o coquetear
con alguien.
La neta y desde mi punto de
vista muy personal, ni Facebook, Twitter o Whatsapp son para tomarse tan en
serio cuando estás en una relación. ¿Qué si sigue subiendo fotos hot? ¿Qué si
le comentan treinta tipos calientes que se lo quieren tirar? La seguridad que
tengas en ti mismo y la confianza que te brinda tu pareja son suficientes para
lograr que tu relación no se vea afectada por este tipo de publicaciones. Una
cosa muy diferente es que responda a los comentarios de igual manera o que sea
él el que se la pase ligando con otros chavos en sus redes, ahí si no está
padre y ya no se trata de confianza, sino que lamentablemente estás con la
persona equivocada.
Si bien hoy nos es posible
ver casi todo lo que alguien hace, saber como piensa o lo que le gusta, no
olvidemos que en toda red social existe ese apartado al que no tenemos acceso,
ese que aún nos brinda un poco de privacidad, y sí, nuestro muro puede ser de
lo más inocente, pero casi TODOS tenemos cola que nos pisen y muchas veces
pedimos algo que nosotros no estamos ofreciendo. Los problemas que se tienen
gracias a estas páginas se dan porque hemos llegado a un punto en el que tomamos
lo que vemos en las redes sociales como realidad absoluta y damos cosas por
hecho, deducimos que una persona puede ser de tal o cual manera cuando puede
que no sea así y es que compartimos únicamente lo que nos interesa que las
demás personas vean acerca de nosotros. Recuerda que así como es una realidad
que Facebook no miente, también lo es que tampoco nos dice toda la verdad.
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