jueves, 12 de noviembre de 2015

Enamórate De Verdad

Jorge y Uriel

¡Llegó la columna No. 100! La verdad es que después de 99 temas diferentes, millones de palabras escritas y muchos sentimientos implicados en cada una, escribir esta no fue una tarea sencilla. ¿Recuerdan aquellas en las que la soltería fue un estandarte? ¿O qué tal tantas acerca del sexo casual, el amor libre y el miedo al compromiso? Olvídenlas todas, que en esta; mi No. 100, todo está por cambiar.


Júzgame loco, pero la verdad es que no es lo mismo tener casi 29 años a tener 25, por más que únicamente existan 4 años de diferencia. Siempre que platico con chavos menores me sorprendo cada vez más por lo mucho que he crecido en estos últimos años, por el cambio de mentalidad, de gustos; pero sobretodo el cambio de necesidades a nivel emocional y amoroso.

Oscar y Aída
Y es que es cierto, conforme vas creciendo, experimentando y dándote de golpes contra la pared vas aprendiendo (como dicen por ahí) quién sí, quién no, y quién nunca. Ya no eres el tipo que únicamente pensaba en fiestas, antros, terminar ebrio hasta perder la conciencia y llevándote al primer tipo que te gustara a tu casa para olvidarte de su nombre a la mañana siguiente. No, los tiempos van cambiando, y tú con ellos.

Miguel y Aldo

¿Cuántas veces hemos estado con alguien únicamente por no estar solos? ¿Cuántas veces hemos aceptado una relación mediocre en donde no estamos ni sintiéndonos bien ni recibiendo lo que merecemos, solamente por necesidad emocional? En mi caso han sido varias, y aunque no me arrepiento de ellas, tampoco me siento orgulloso de haber mendigado amor aunque desde el principio supiera que no iba a tener un buen final.

Qué tiempos aquellos. Cuando no me importaba si mi ligue o pareja me prestaba suficiente atención o no me hacía sentir verdaderamente querido con tal de tener alguien a mi lado, alguien con quien pasar mis momentos de ocio, con quien tener sexo y cariños. Pero de lo que no me daba cuenta era de que lo único que estaba buscando era a alguien que me ayudara a olvidarme de que me aterraba estar solo. ¿Te suena?

Juan Pablo y Lorena
Y luego, después de tantos tropiezos llega esta etapa. No te das cuenta, sólo se presenta de forma natural. Un día te das de nuevo la oportunidad de conocer a alguien, de pasar tiempo juntos, de presentarle a tus amigos y hablarle de él a tu familia, te permites ser feliz y enamorarte poco a poco. Hasta que te das cuenta de que por más amor que exista entre ustedes, ninguno de los dos se ve construyendo un futuro juntos. Que tienen planes diferentes, que sus personalidades se llevan bien pero no se complementan, y que no puedes permitirte volver a repetir patrones e involucrarte en otra relación pasajera que probablemente no marcará tu vida. Te das cuenta de que prefieres no perder tu tiempo con alguien que no se va a quedar, cuando en algún lado está aquella persona que va a amar hasta el más grande de tus defectos.  

Definitivamente creo que aprender a dejar ir a alguien que quieres es toda una lección de vida, porque no sólo te enseña que estás madurando, también te demuestra que POR FIN llegaste al punto de quererte más a ti mismo. Y es en esta etapa en la que tus prioridades cambian, en la que los juegos quedaron atrás y ya no esperas encontrar el amor en el tipo que conociste en el antro y te llevaste a tu casa, en la que si te permites un one night stand es sólo eso. No, ahora no dejas que cualquiera sea copiloto en el viaje de tu vida.

Brenda y Andrés
No es sencillo encontrar una pareja que no sólo sea tu novio, sino también un mejor amigo, un confidente, una motivación y soporte, alguien con quien hacer planes a futuro y hasta hablar de formar una familia. Alguien con quien pasar toda la noche despiertos hablando, con quien ponerte una peda tremenda juntos pero que también te enseñe que hay un mundo más allá de la fiesta. Alguien con quien compartirlo todo sin olvidar ambos que aún tienen una vida individual, alguien que respete tus espacios.
No, no es fácil, pero cuando realmente sabes lo que quieres y verdaderamente te quieres a ti, la tarea se vuelve un poco menos complicada.


Carlos y Ness




Vamos, cuando te acercas a los treinta muchas cosas cambian, y quizá para otros todo siga igual, pero estoy seguro de que en mi caso; como en el de muchos, llega un punto en el que sabes que los años de ligues fugaces ya pasaron y que los noviazgos de unos cuántos meses ya no cuentan. Sabes que estás listo para entregarlo y recibirlo todo, para mostrarte vulnerable ante alguien y ver más allá de sus debilidades, para construir una historia sin pensar en un final, dejándote llevar por ese extraño sentimiento que te dice que todo estará bien, que estás seguro a su lado. Y más importante aún, que tú ya tienes la madurez suficiente para demostrarle que él o ella tampoco tiene nada que temer estando contigo.




*Las imágenes pertenecen a parejas reales, y fueron utilizadas con la aprobación de ellas para la realización de este artículo. ¡Gracias por su confianza!*