miércoles, 15 de junio de 2016

Cuando te dejé por otro...

Imagen: revistaviag.com.br


Pues sí, Taylor Swift atacó de nuevo y sólo después de 2 semanas de haber terminado con Calvin Harris empezó un nuevo romance con Tom Hiddleston. A pesar de que su ruptura se dio en los mejores términos, muchos ya andan diciendo por ahí que Taylor y Tom ya se traían algo desde que se conocieron hace un mes en la MET Gala y que es la razón por la que ella botó al DJ.

No les estoy contando esto porque sea mega fan de Taylor Swift (que sí lo soy) y me interese su vida amorosa, sino porque esto me recordó a aquella vez en la que estando en una relación me dejé conquistar por alguien más sin siquiera darme cuenta. ¡Ajá! Seguro ahorita estás pensando que me vi muy puto y que no es posible que uno no se de cuenta de que alguien está tratando de ligárselo, y tienes razón. La neta es que uno lo sabe, y si lo permite es por una simple razón: ya no es feliz con su pareja.

De esto hace apenas 4 años. Yo estaba en la que ha sido mi última relación estable y motivada por el amor puro. Sólo duramos 6 meses pero hasta el día de hoy ninguno ha podido hacerme sentir todo lo que sentí con él. Aún así terminamos y a la semana de eso yo ya estaba saliendo con alguien más. Un “alguien más” que estuvo presente durante las últimas semanas de mi relación (pero que había conocido aún antes de conocer a mi novio), que fungió como amigo y como confidente, alguien que había estado esperando el momento correcto para hacer el siguiente movimiento conmigo.

La neta sí me gustaba, desde que lo vi me llamó la atención y quise conocerlo. Pero cosas del destino, él no mostró interés en mí y a los pocos meses conocí a alguien que me enamoró poco a poco y empezando por la mente, no por el cuerpo ni el corazón. Nuestra relación fue rápida y entregada. A los 2 meses de salir nos mudamos juntos, fue la 1ª vez que me sentí tan seguro de mis sentimientos como para compartir todo con alguien así sin pensarlo dos veces, obedeciendo al impulso. El chiste es que terminamos.

Y aunque hasta el día de hoy creo que la razón principal fue la diferencia de personalidades y planes de vida,  una parte de mi sabe que algo esencial fue que sabía muy en el fondo que había alguien por quien me sentía muy atraído esperando a que yo estuviera soltero. Empezamos a salir bajo mi condición de no “hacerlo público” (vivía en un lugar pequeño y a los dos minutos mi ex podía enterarse), pero la atracción, la emoción, el enamoramiento de quinceañera y la inmadurez ayudaron para que todo me valiera madre y a las 3 semanas de haber empezado a salir con él (y 5 de haber terminado mi última relación) ya hiciéramos oficial el noviazgo (literal, hasta con su madre). ¿Quién puede resistir a un beso mientras están sentados en la arena bajo un cielo estrellado frente al mar?

En ese momento no escuché a mis amigos que me aconsejaban tomarlo con calma, que decían que estaba usando al nuevo para reemplazar al otro, que no estaba listo para enamorarme otra vez. No tenían razón, la verdad es que mis sentimientos por mi ex estaban secos hace tiempo, no les voy a dar más detalles pero ninguno de los dos éramos felices estando juntos, y si algo definió nuestra relación fue la honestidad y el respeto por la felicidad del otro, no me sentía culpable.

Los años han pasado y hoy me doy cuenta de que en realidad no estaba listo, que a pesar de que por dos meses fui feliz (y no es cierto porque de los dos meses que duró mi relación, el segundo mes fue de aceptar que él me iba a dejar), debí tomarme mi tiempo y darle el debido respeto a alguien que había apostado por mí y al que había amado. Bien dicen por ahí que lo que mal empieza mal termina, y después de esa y otras metidas de pata he aprendido que aunque suene a dicho que tu abuelita diría, es completamente cierto.

Si hoy me preguntas con cuál de mis ex volvería sólo puedo pensar en ese al que dejé por otro sin darme cuenta, ¿sería posible? Quizá no, porque aún antes de que él supiera que había alguien más había decidió en conjunto dar por terminada la relación. Eso no quita de mi cabeza que ha sido el mejor hombre que he conocido en la vida y al que he amado más honestamente que a cualquier otro, incluso si sólo fue por un corto lapso de tiempo. El único del que tengo un tatuaje que me lo recuerda todos los días y del que no me arrepiento.

¿A dónde iba con todo esto? La verdad es que ya no lo recuerdo, lo que sé es que a ambos hombres dentro de esta historia les debo mucho, a uno el haber madurado y dejar de ser un estúpido que no sabía qué quería a futuro, y a otro el haberme dado la alegría más grande de mi vida, mi perro Mateo.


Es curioso, pero desde esa anécdota hace 4 años mi vida amorosa ya no es la misma. Muchos han pasado pero ninguno con la importancia para quedarse, ninguno con  la entrega del que lo dará todo, nadie que enamore primero mi mente que mi cuerpo o mi corazón. Quizá le deba todo al karma,  es posible. Pero si de algo estoy seguro es de que no me arrepiento de nada, que aunque sé que para muchos no hice bien, hoy puedo mantener una relación amistosa con mis dos ex novios, porque lo importante no es lo que haces en el momento sino el aprendizaje y la experiencia que te llevas de cada uno, y así.

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