jueves, 24 de julio de 2014

El ridículo miedo a envejecer


 ¿Realmente la edad se lleva en el alma? Y si es así… ¿Por qué cada vez los hombres se preocupan mucho más por no envejecer y verse siempre jóvenes y radiantes? Siempre me ha causado mucha curiosidad pensar en ello, mucho más al darme cuenta de que existen más personas que se niegan a envejecer/madurar/crecer de las que imaginamos.

Y aunque la realidad es que ese es un problema que ataca a todos los hombres por igual, en el mundo homosexual se da con más frecuencia. ¿Por qué? ¿Por qué a muchos les espanta crecer y hacerse viejos? Cada vez son más aquellos a la mitad de sus treintas a los que vemos cuidando su imagen (a veces en exceso), reventándose en los antros, metiéndose cantidad y media de drogas, ligando con chavitos hasta de 18 y comportándose como uno, y no es que pueda estar del todo mal. Seguramente habrá quienes piensen que no hay problema con eso y que estar llegando a los 40 y a veces todavía más arriba no significa que tengas que encerrarte en tu casa a tejer y escuchar música de José José. Pero al menos en mi muy humilde opinión esa gente “madura” que se aferra a actuar como adolescente no hace otra cosa que verse ridícula.

¿Quién no conoce a alguien que se la pase metido por horas en el gym 7 días a la semana? Aunque preocuparse por el aspecto físico es algo normal, existen algunos que lo llevan al extremo debido a la preocupación persistente de no parecerle atractivo a los demás, de que piensen que no está “tan bueno” o que los años ya se le vienen encima. Igualmente los homosexuales piensan más en el botox que los hombres hetero, y no sólo eso: faciales, cremas, injerto de pelo, vestirse más “en la onda” y hasta quitarse la edad son algunos de los métodos recurrentes entre nuestra bonita comunidad.

Según los que han estudiado este fenómeno conocido como “Síndrome de Peter Pan”, el miedo a crecer no se manifiesta únicamente en la inmadurez emocional, sino también en (me atrevo a decir) uno de los aspectos que más nos preocupa a la mayoría de los hombres gay, el miedo a la soledad. Pero si bien el temor a quedarnos sin hijos, sin pareja y llenos de perros o gatos está presente, otro de los factores que influyen dentro del temor a crecer es el egocentrismo y miedo al compromiso. Entonces… ¿Cómo es posible que nos de miedo quedarnos solos y a la vez no podamos comprometernos emocionalmente con nadie? ¡Está de la shit!

La verdad es que yo en lo personal no le temo a crecer, cumplir años o seguir madurando. No pienso en cirugías rejuvenecedoras, botox o siquiera en meterme al gym, digo mi edad sin ningún problema; quizá porque apenas tengo 27 años, pero no me causa ningún trauma seguir creciendo. Recuerdo que siendo adolescente decía que quería morir a los 40, me aterraba empezar a tener canas y arrugas o verme en la necesidad de depender de alguien en cualquier sentido, pero conforme he ido creciendo y madurando he aprendido que ser adulto no es sinónimo de ser un mueble o no ser deseado.

Para ejemplo mi ex de 55 (del que he hablado anteriormente), que se mantenía físicamente mejor que muchos de 30 y mentalmente con la madurez debida para su edad pero sin perder sus aires de juventud. ¿Por qué en lugar de esta tratando de evitar o negar el paso de los años todos aprendemos a envejecer con dignidad?

Muchos tienen miedo de crecer por vanidad, por convertirse en obsoletos y verse reemplazados por las nuevas generaciones, porque si algo es cierto es que dentro del ambiente gay los más jóvenes nos llevan ventaja. Y al tener la amenaza de cuerpos juveniles y sonrisas adolescentes muchos adoptan actitudes que en lugar de hacerlos verse “cool” los ponen en ridículo. Y si tratamos de buscar culpables más allá de las inseguridades y la falta de autoestima, podemos aventarle la pelota también a las redes sociales y a la sociedad en general. Que en lugar de mostrarnos que no hay nada de malo con crecer, nos enseña que entre más joven, rebelde, estúpido e inmaduro seas, más te aplauden, siguen y desean.

Si bien la edad puede llevarse en el alma, también se lleva en la dignidad, y nada tiene de malo aceptar que ya no se es un chavito, que tu experiencia te ha costado y que puedes estar orgulloso de quien fuiste y en lo que te vas convirtiendo, porque una cosa es segura, el atractivo físico es importante pero si no va de la mano con la madurez emocional y mental entonces no sirve de mucho. ¿Qué le tenemos miedo a estar solos? Creo que más solos nos podemos quedar si seguimos actuando como no nos corresponde, dando una imagen que no coincide con nosotros y tratando de tapar nuestras inseguridades con egocentrismo.

No hay nada más atractivo que un hombre seguro de sí mismo, pero al cual esa seguridad le viene del interior, no de capas exteriores ni imágenes creadas. Nada como un hombre que se acepta como es, con lo que es y lo que quiere ser, un hombre maduro que siga siendo divertido, que se preocupe por sí mismo no por tratar de evitar el paso de los años, sino dándoles la bienvenida pero trabajando con ellos. Vamos, un hombre, no una señora de Polanco que nunca olvida sus tiempos de porrista.

Esa es mi opinión chavos. ¿Qué piensan ustedes? Todo comentario es bienvenido aquí, por correo o en cualquiera de mis redes sociales. ¡Allá los espero!







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