¿Qué es un chichifo? Para empezar con este bonito artículo de interés general tenemos que hablar de la definición que le damos en estos días a tan curiosa palabra. En la comunidad gay se le llama “chichifo” a aquél hombre vividor, interesado y experto en sacar de otro el mayor beneficio económico a cambio de sexo, compañía una relación “formal” o todas las anteriores juntas.
Y aunque la gran mayoría de
las personas piensan que los chichifos se especializan en relacionarse con
hombres mayores cargados de billetes, no podríamos estar más equivocados. El
chichifo tira parejo, y tira para todos lados. ¿Cuántos no conocemos a uno? Ya
sea porque hayamos cometido el error (o a veces no) de mantener una relación o
porque tengamos a algún amigo o conocido que lo lleva a la práctica. El punto
es que ese tipo de entes abundan por todos lados y nunca falta el pobre ingenuo
que termina cayendo en sus redes.
¿O ni tan ingenuo? La
realidad es que el acto de chichifear es como todo. Vamos, que para un mal
existe un remedio, ¿no? Digámoslo así, existen los medicamentos porque existen
las enfermedades, existen los bailarines porque existe la música y existe la
prostitución porque existen hombres y mujeres ávidos de sexo y noches de
pasión. El chichifo existe porque también existe alguien que lo mantiene. Así
de simple.
No es nada raro escuchar o
haber tenido una conversación en la que alguien se compadece del pobre “Pepe”
(llamémoslo así) porque su novio o ligue lo único que hace es sacarle lana,
hacerlo que lo lleve a lugares caros, le compre ropa o que siempre pague por
todo. ¡Ay, pobre Pepe! ¿A poco no? Y anda, que vas y le dices a Pepe que abra
los ojos y vea que lo están utilizando, que deje a ese vividor que tiene por
novio y se consiga a alguien “de su nivel” que aporte lo mismo a la relación.
¿Qué es lo que pasa? Que meses después tu inocente amigo sigue con el mismo
tipo y lo primero que haces es tacharlo de pendejo. Y déjame decirte que no lo
es tanto…

Esa última fue la respuesta
que me dio un amigo con el que platiqué del tema en alguna ocasión en la que
traté de hacerle ver que lo estaban usando. “¿Pendejo yo? ¡Pendejo él! Que por
salidas, ropa o regalos malgasta su juventud estando con alguien al que no
quiere o que ni siquiera le atrae físicamente. Aquí el que pierde es él, porque
yo lo que gasto es sólo dinero que luego regresa y lo que gano son años de
juventud que él no va a recuperar”. ¿Estarían ustedes de acuerdo con él?
¿Y qué es lo que pasa con
aquellos que realmente no se dan cuenta? Porque también pasa. Empiezas a salir
con alguien y resulta que olvidó su cartera, que sus papás no le han depositado
o que lo acaban de asaltar justo en el camino hacia tu casa. ¡Pobre! ¿O qué tal
cuando te sacan aquella de que se enfermó algún pariente y él muy
bondadosamente se ofreció a ayudarle? Al chichifo le sobran excusas, así como
le sobran estúpidos que se las crean.
Claro, como a ti te gusta
el tipo y apenas lo estás conociendo ofreces pagar una vez, y la que sigue, y
la que sigue. Y con el paso del tiempo y clavándote poco a poco, ¿cómo
detenerte? En este caso ni viste por dónde llegó la pedrada y a lo mejor ya
hasta lo tienes viviendo contigo porque “lo corrieron de su casa”, “se peleó
con sus roomates” o “no le alcanza para pagar la renta”. Y aunque muchos dicen
por ahí que un chichifo nunca se enamora, quizá no sea del todo correcto. En lo
personal creo que pueden llegar a enamorarse, pero la costumbre de que lo
mantengan prevalece.

Por lo general aquí y en
cualquier parte del mundo siempre habrá alguno dentro de la pareja
económicamente mejor que el otro, ya sea en clase media porque uno sea gerente
de una pequeña empresa y el otro empleado, o en la clase alta porque uno sea dueño
de su propia compañía y el otro director de una multinacional. En ese tipo de
casos no vemos como chichifo al de menor ganancia porque los dos ocupan un buen
puesto, pero si hablamos de que en una pareja uno es dueño de una empresa y el
otro empleado de Starbucks, entonces sí arde Troya.
Una de las cosas que me ha
llamado la atención siempre que me encuentro con este tipo de casos es que el
chichifo nunca es feo, ¡sino todo lo contrario! Son tipos por lo regular guapos
o al menos de buen ver o de cuerpo tentador. ¿Lo han notado? Y es lógico,
porque me parece un poco difícil creer que alguien puede obtener lo que quiere
de otro siendo particularmente feo o sin chiste. Aunque de que hay
manipuladores muy cañones los hay. Pero sigo creyendo que una de las leyes de
vida del chichifo puede ser “lo hago porque puedo y porque tengo con qué”.

¿Y cómo prevenirse de ello?
Fácil, ¿alguna vez alimentaste a un gato callejero afuera de tu casa? Si sí,
apuesto a que a la noche siguiente el gato regresó de nuevo y en toda tu bondad
le diste de nuevo de comer. Lo mismo pasa con el chichifo, si dejas de darle
tarde o temprano se irá, a menos de que te de ternura y decidas adoptarlo.
AVISO: Ningún chichifo fue
intencionalmente ofendido en la realización de este artículo… Espero.
Estaría cool saber sus
opiniones, experiencias o comentarios, todos son bienvenidos aquí, por mail o
en cualquiera de mis redes sociales. Los invito también a seguir leyendo más
entradas en mis blogs. ¡Venga!
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