jueves, 8 de mayo de 2014

¿Dar o recibir? La importancia del rol



Dicen que las épocas decembrinas son tiempos para compartir, para amar, para dar y recibir. Quizá nosotros a veces tomemos muy en serio esa última parte y bromeamos con ella llevándola a un aspecto sexual, y qué rico ¿no?
La neta es que véase por donde se le vea el sexo es uno de los mayores placeres que existen en esta vida, ¿y por qué privarse de llevar una vida sexual activa y satisfactoria? Somos seres sexuales por naturaleza, y dicen por ahí que a comparación de las mujeres, los hombres somos mucho más sexuales y hasta fáciles para eso de echar pasión, lo cuál es completamente cierto.

¿A qué voy con todo esto? A que nosotros como hombres que se relacionan con otros hombres estamos sujetos a asumir un rol dentro de nuestra vida sexual. ¿O me van a decir que no es una pregunta básica cuándo estás conociendo a alguien que te late? El típico “¿qué rol eres?” es un comentario que a mí en lo personal me desagrada bastante, pero el cual considero necesario.

Activos, pasivos, inter, inter-act, inter-pas… lo cierto es que cualquiera que sea el rol que se desempeñe, la finalidad es la misma, disfrutar de una buena sesión de caricias con la persona con la que hayas decidido hacerlo. Entonces… ¿por qué aún tenemos tanto hermetismo al respecto? He conocido infinidad de personas que esconden sus deseos por el estúpido hecho de pensar que ser solo activo te otorga masculinidad, te hace menos gay y no te pone en un nivel tan vulnerable. Son esos mismos los que creen que ser pasivo significa por ende ser “la mujer” en la relación. 

Este tipo de mentalidad viene en gran parte debido a la cultura que venimos arrastrando, en México; por ejemplo, es mucho más común encontrar este tipo de ideologías debido aún al machismo que se vive y que en muchas de las ocasiones nosotros mismos nos imponemos, aún siendo homosexuales. No es nada raro referirse a alguien como “pasiva” diciéndolo como insulto, por el contrario es muy raro escuchar que a alguien se le diga “activa”, así, en femenino, porque la visualización que tenemos de ambos roles es completamente opuesta cuando ciertamente no tienen gran diferencia.
Que si te entra, que si la metes, ¡¿qué importa?! Todos aquellos activos que llaman a otros “pasivas” ofensivamente, ¿qué harían sin ellos? ¿A quién se tirarían? Es ilógico que existan este tipo de etiquetas en un mundo en el que no importa si das o te dan, a fin de cuentas estás cogiendo con otro hombre y es eso lo que te hace homosexual, sin distinción de niveles debido al rol.

Existen aquellos que disfrutan únicamente alguno de los roles, pasivos que de plano no le encuentran chiste a penetrar y activos a los que no les gusta ser penetrados, no tanto por machismo sino por cuestiones corporales como el dolor y la poca satisfacción que sienten al hacerlo. Y como todo, son casos completamente válidos, aunque me atrevo a decir que conforme pasa el tiempo es mucho más común que a estas alturas todos hayamos jugado ambas caras de la moneda y tengamos una decisión mucho más clara de qué es lo que preferimos o nos brinda más placer. Y es ahí cuando los roles inter-pas o inter-act se hacen presentes, los cuáles se me hacen la elección perfecta del sexo. ¿Qué mejor que disfrutar plenamente de tu pareja? ¡Qué aburrido sería si únicamente las cosas fueran en blanco o negro!

No dudo que una relación sólo act-pas funcione a la perfección, pero hasta el momento he conocido varias parejas que viven de esa manera y la neta (y lo triste) es que ninguna de ellas continúa siendo fiel. En uno de los casos, el activo de la relación busca por otros lados quién lo penetre, ya que se hartó de hacerlo todo el tiempo y su pareja se niega por completo a ello. Al menos en lo personal, creo que ese tipo de situaciones son las que llevan a que tu vida sexual en pareja caiga en la rutina y el aburrimiento.

No hay nada como experimentar, probar y dejarte llevar, mucho más si lo haces al lado de tu pareja. Es completamente satisfactorio y gratificante entenderse sexualmente y disfrutar de ello, sea cual sea el rol. Lo que no es satisfactorio son todos aquellos pasivos de closet a los que les da miedo admitirlo por temor a que se les vea menos hombres, lo que no es gratificante es que se siga usando la palabra “pasiva” como insulto. Hoy por hoy, tú que me lees tienes sexo con otro hombre, seas activo o pasivo, eres gay y tu rol no va a cambiar eso ni te va a hacer más o menos homosexual. Así que si en verdad crees que es así, me temo decirte que estás completamente en el error.

Vamos a dejarnos de tonterías y a disfrutar de una vida sexual plena, sin penas, sin tabúes, gozando cuando nos gusta, comunicándolo cuando no, dejándonos llevar por nuestros deseos. Total, cuando estás en plena acción, ¿quién te está juzgando?

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