jueves, 8 de mayo de 2014

Técnicas de ligue. Qué seguir o no de los consejos en páginas web



La verdad no sé qué pasa últimamente que todos los artículos que encuentro en la red tratan de “los 10 pasos para…” o los “10 consejos para…”. ¿Es neta? No sé qué es peor, si la gente que los lee y se los cree o aquellos que los escriben. Para empezar, ¿con qué seguridad puede alguien aconsejar a otras personas y decirles qué es lo que los va a ayudar a conseguir algo?

Honestamente, aunque yo escribo desde mi punto muy personal de vista, jamás he tratado de imponer mi palabra como una verdad absoluta. Por eso, cuando leí un artículo en cierta revista que hablaba de los “5 pasos para tenerlo comiendo de tu mano”, no pude más que carcajearme de risa y pensar que a la madre del autor le faltó un poco más de ácido fólico o que de plano el pobre tipo deliraba al creer que por tener mil seguidores en Twitter ya poseía la seriedad suficiente para publicar algo así.

¿De qué nos sirve leer “consejos” o “pasos” para lograr algo? Dime, siendo lo más sincero posible si alguna vez los has aplicado y si alguno de ellos te ha funcionado. Claro, no niego que exista un poco de verdad en algunas de esas publicaciones, pero la realidad es que esos 5, 10 ó 15 pasos no son aplicables para todos. Si bien pudieron servirle al autor (que lo dudo), no funcionan de la misma manera con cada ser vivo.

El primer paso que mencionaba; y según el más importante de todos, era que tenías que verte espectacularmente bien. Vamos, venderte como la carne más sabrosa del mercado. Yo sé que el ambiente gay es un desmadre muy superficial, ¿pero en verdad lo mejor que pueden vender de sí mismos es el físico? Peor aún es que otra persona te haga creer que es así. ¡Tremenda mamada! Sí, aunque un aspecto agradable es básico para lograr atracción con otras personas, no es lo primordial a la hora de gustarle a alguien. O díganme, ¿cuántos de ustedes no han conocido a un tipo de muy buen cuerpo y cara hermosa pero sin las suficientes neuronas para entablar una conversación inteligente que no fuera más allá de sí mismo?

Neta no se confundan, aunque sí, para la mayoría de los homosexuales es casi una religión asistir al gimnasio y mantener cuerpos estéticos y bien trabajados, la verdad es que ese tipo de físico podrá ser muy agradable a la vista y mucho más al tacto, pero no va a compensar aquello que (quiero pensar) aún tiene mucho más peso cuando hablamos de la atracción: el cerebro. De nada sirve cultivar tu cuerpo si no cultivas también tu mente, y me disculparán si se ofenden todos aquellos gym freaks que no hacen otra cosa más que preocuparse por los gramos de masa muscular que ganan y de estar al pendiente de las ofertas o descuentos en suplementos y proteínas.

El segundo consejo era que te dieras a desear. Echar toda la carne al asador de un solo golpe no está bien, y estoy de acuerdo, ¿pero en qué cabeza cabe decirle a alguien que dándoselas de diva y princesa va a conseguir que el otro se fije mucho más en él? Aunque a muchos nos gustan los retos, créanme que la mayoría nos hartamos a los 5 minutos de darnos cuenta de que la actitud del otro va más allá de los niveles permitidos. Al menos en mi caso, puedo decir que me dan hueva esos que se sienten el cabrón más guapo del mundo y piensan que nadie los merece. La triste realidad es que ese tipo de actitudes son las que los tienen solos, porque aunque puedan ser muy deseados, el que cualquier persona aguante salir con alguien tan narcisista está difícil, y tarde o temprano hasta el “boy toy” se vuelve reemplazable.

El número tres decía que lo mejor que podías hacer era seguir manteniendo tus opciones abiertas y coquetear con otros por si las cosas con el ligue en turno no salían bien. ¡No, bueno! Al parecer fui a dar con el blog de la zorra ardida y con el sí muy flojo. No importa cuántas dudas puedas tener, si estás saliendo ya con alguien que te mueve el tapete y te hace sentir especial… ¿qué necesidad hay de tener otras velas prendidas? Eso, a mi ver, es un claro ejemplo del temor a la soledad, y no de la plena disposición a la entrega al conocer a alguien que verdaderamente te ilusiona.

Sí, la verdad ya hasta me da flojera seguirles redactando los puntos que leí. ¿De qué sirve? ¿De qué les sirven? No existen ni consejos ni pasos ni nada que pueda darte la seguridad de acercarte a alguien y decirle: “me gustas”. No los hay. Cada quien tenemos formas, técnicas o métodos diferentes, y así como a ti puede funcionarte el llegar y decirle que se le ve muy buen paquete, otro puede aplicar la de lanzar una mirada y no decir nada. Nadie te va a enseñar a tener a nadie comiendo de tu mano, así que si tu “mejor amigo”, aquél que tiene chingos de ligues y tipos a sus pies trata de darte lecciones, ¡mándalo al carajo! Que no hay otra forma de enamorar a alguien que no sea siendo tú mismo, aún con el miedo a que no le guste, a que lo piense dos veces, a que sea él el que mantiene otras opciones abiertas.

Por la columna pasada recibí muchísimos correos y comentarios (los cuales agradezco), pero uno de ellos fue el que me dejó pensando. Y es que tenía toda la razón, a veces puede no importar si el tipo que te encanta es varonil o afeminado, lo que en realidad puede llegar a enamorar es que sea auténtico y que no le de miedo mostrarse como es. Ahora, sabiendo eso pregúntate a ti mismo, ¿eres auténtico? ¿O vas por la vida mostrando la cara que crees que los demás quieren ver? Creo fielmente que al menos mi verdad absoluta es que mientras no puedas ser auténtico y amarte como eres, no podrás lograr que nadie más vea cualidades valiosas en ti.


Recuerden que pueden hacerme llegar sus comentarios en cualquiera de mis redes sociales y darse una vuelta por mi otro blog. ¡Por allá los espero!

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