jueves, 8 de mayo de 2014

Hasta entre gays hay niveles


Hace unas semanas escribí la columna “En un mundo de locas el varonil es rey”, misma que generó gran serie de comentarios, algunos a favor y otros en contra debo decir, y aunque leí todos y cada uno de ellos, la verdad es un tema que me dejó pensando. Se me dijo “intolerante”, “discriminante”, entre otra serie de adjetivos. Honestamente no me quitó el sueño que pensaran lo peor de mí, y el por qué radica simple y sencillamente en que a pesar de que sí estoy a favor de la igualdad, la verdad es que hasta entre los gays existen niveles y etiquetas.

¿No? Antes de decidir que estás en desacuerdo te reto a que seas MUY honesto contigo mismo. La neta yo no tengo ningún problema en decir lo que pienso, en externar mi opinión a pesar de que sé que va a ser criticada, juzgada y comentada. Pero de lo que estoy seguro es de que no voy a venir a hablarles de equidad y unión cuando es algo que aunque queramos, aún no no sucede dentro de los mismos gays.

Es por demás sabido que hasta entre nosotros existe la discriminación, no por nada muchos se catalogan como “osos”, “locas”, “closeteros”, “musculosas”, “chacales” y demás. La realidad es que estamos tan sumergidos en nuestras propias costumbres que muchas veces rechazamos aquellas que no van con nosotros. Sí, te creo que puedas ser una persona respetuosa y aceptes que existen de todo tipo de personas dentro de este mundo imperfecto, pero eso no quiere decir que tengas que estar de acuerdo con todas y cada una de sus personalidades.

Seamos honestos, este tipo de situaciones no pasan únicamente en el mundo gay. También los heterosexuales se catalogan por niveles, la diferencia está en que quizá nosotros somos más fríos y a veces crueles al respecto, le ponemos tanta atención a la conducta de los demás que nos sentimos con el derecho de juzgarla sin antes siquiera pensar si nos estamos mirando a nosotros mismos. Sí, la discriminación entre gays existe y seguirá existiendo por mucho tiempo más. Porque una cosa es que se luche por los derechos de los homosexuales ante un mundo heterosexual, y otra muy diferente es que eso signifique que nos aceptemos entre nosotros mismos.

Es lógico que un gay “de buena familia” no se va a sentir identificado con aquél que se pasea en tanga durante la marcha, o que aquél que es más hippie y de bares y cantinas va a sentir que tiene algo en común con el que se la pasa en los antros de moda. No, el hecho de ser gays no quiere decir que seamos una unidad. ¿O en qué momento todos los heterosexuales del mundo lo son? ¿No piden tanto por igualdad de derechos? Entonces deberían de notar también que aún estamos en igualdad de circunstancias. ¿Qué no quieres que discriminen? Entonces empieza por ti mismo, ¿o me vas a decir que saludas al feo en Grindr? ¿Qué estás abierto al amor aún cuando pueda presentarse en cualquier empaque? ¡Dejen sus pendejadas semi activistas e inventadas! El día que en verdad empiecen a preocuparse por una equidad, ese día entonces será el día en el que aprendamos a vernos a nosotros mismos como iguales a aquella loca de pelo teñido, como aquél promiscuo que coge en los cuartos oscuros del antro, como ese que se jura heterosexual y termina insinuándosele a los amigos en la peda, o como el que es solitario y prefiere su propia compañía antes que rodearse y contaminarse con tanta superficialidad y crueldad que se vive dentro de un ambiente que se supone (y tanto dicen) que nos acoge a todos.

¿Difícil? Lo es, ¿cuándo va a ocurrir? La neta aún lo veo muy lejano, así que los invito a que antes de hablar, piensen. A que antes de criticar, se vean a ustedes mismos. Y lo más importante aún, que a antes de dárselas de muy pro gay y sentir que están en la lucha por la igualdad, se acepten como son y dejen de criticar aquello que les molesta o que no entienden, porque una cosa es el respeto, y otra MUY diferente es la aceptación. ¿O cuántos de nosotros no llegamos a escuchar la frase “respeto tus gustos porque eres mi hijo, pero no me pidas que lo acepte tan fácil”? Mijos, todo está en que antes de hablar, hay qué pensar. Así de sencillo.


Cualquier comentario, sugerencia o mentada de madre ya saben que es bien recibida en cualquiera de mis redes sociales, así que los invito a que me escriban en Twitter, Facebook o por correo si se son tímidos de hacerlo público. Igual los invito a visitar mi otro blog y leer más estupideces. ¡Nos seguimos leyendo!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario